Capitulo 47

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23 de Julio, 1642

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23 de Julio, 1642

Mihrişah Sultan sostenía entre sus brazos a su nuevo hijo, un saludable príncipe.

─No recordaba que fuera tan doloroso dar a luz.─dijo, mirando al bebé descansar.─Pero valió la pena... Mi hermoso Burak.

─Sultana ─Atike se hizo presente en sus aposentos, con Turhan en brazos

─¿Pasa algo? ─preguntó, dirigió su mirada a la Sultana de nacimiento

─Yo... Quiero irme a vivir con mi madre, deseo llevarme a Huseyn y Turhan.

─Te puedes ir si ese es tu deseo.─bajo su mirada, observando a Turhan.─Pero Turhan Hanım no abandonará este palacio.

─¿Que estás diciendo? Es mi hija.

─Es la hija de la Dinastía, descendiente de la Dinastía Osmanlı.─dijo.─No te preocupes, yo la cuidare bien.

─No, jamás, nunca lo permitiré, es mi hija. No me iré a ningún lado sin ella.

─Bien, entonces quédate ─se acomodó en la cama.─Regresa a tus aposentos, Atike.

─Te odio, siempre lo haré.─murmuró, se dió la vuelta y se fue

Cuando las puertas se cerraron, Mihrişah suspiró, cerró sus ojos y se volvió a acomodar para dormir, al lado de su hijo.










15 de Septiembre, 1642

Mihrişah finalmente se había armado de valentía y decidió salir a las calles, a ofrecer caridad.

─Gracias, Sultana ─una joven niña agarró entre sus manos una flor

─¿Por qué dices eso? ─se agachó a su altura

─Porque usted es muy amable, y muy linda.─dijo con timidez, extendió su mano con la flor y se la entregó

─Le agradarias a mi hija Özlem.

─Dicen que usted tiene muchos hijos.

─Y tengo dos bellas hijas.

─¿Puedo ir a jugar con sus hijos?

─Algún día.─soltó una risita. Miró a sus lados y luego dijo.─¿Tienes una familia? ¿Padres? ¿Hermanos?

─Sí, pero mi madre me dijo que me quedara aquí. No ha vuelto.─la tristeza invadió el corazón de la Haseki

─Dime, cielo, ¿dónde vives? ─la niña señaló la parte superior de una casa

Mihrişah tomó su mano y caminó, pero fue detenida por Nergis.

─Mi Sultana, hay personas que desean hablar con usted, como el esposo de la Sultana Atike.

─Yo no tengo nada de que hablar con ese sinvergüenza.─siguió su camino, con la niña a su lado

Todas las personas con las que se topaba, realizaban una reverencia. Al llegar a la esperada casa, la niña tocó la puerta.

─¿Quien es? ¿Acaso es ciego y no ve el letrero que dice que está cerrado? ─una señora de manera grosera habló, pero quiso devolver esas palabras al ver la presencia de la Sultana.─Sultana Mihrişah, perdóneme, no fue mi intención, yo...

─¿Usted es la madre de esta niña?

─Emetullah...─la miró de reojo.─Entre y la explicaré.

La Sultana entró en la casa, y fue invitada a sentarse en el mueble más caro que había.

─Ella es una hija ilegítima, una... Bastarda, hija de una prostituta.─habló con odio.─Yo no iba a cuidar de una niña que no es mía.

─La niña no tiene la culpa de nada, sin embargo. Usted la abandona en la calle sin piedad alguna en su ser.─apretó un poco sus puños.─No soportaré tal injusticia, señora.

─¿Que piensa hacer?

Sin decir nada, Mihrişah Sultan, dejo la casa, dejando a la señora con la gran duda, algo que la llenaba de miedo y angustia.














20 de Septiembre, 1642

Emetullah se escondía detrás de Mihrişah. Apenas asomaba su cabeza.

─Hola, ¿cuál es tu nombre? ─Selim fue el primero en acercarse

─Soy Emetullah...─tartamudeo un poco

─Ven conmigo.─Selim tomo su mano y se la llevó





En la noche de ese día...

─Es una dulce niña, hija de unos terribles padres.─dijo Mihrişah

─Es una pena ─entrelazó su mano con la de la menor.─¿Que piensas hacer?

─Nuestro hijo Selim, me pidió que se quedara, y dijo que era su amiga para siempre.─soltó una risita.─No la dejó en paz. Özlem jugó con ella.

─Posees un gran corazón ─Murad no aguantó más y unió sus labios en un suave beso

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