Una herida con nombres y apellidos

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"Me muero de ganas de verte"

Lexa miraba el móvil con el ceño fruncido, una ola de nerviosismo recorrió su espina dorsal ante la perspectiva de lo que guardaba aquel mensaje en un futuro más que cercano.

-Tierra llamando a Lex, ¿dónde estás esta mañana?

Lexa la miró confundida, apenas sin verla, soltando el teléfono móvil. Echo aprovechó para mover un folio delante de su cara, en un esfuerzo por recabar la atención de su amiga, la cual estaba extrañísima esa mañana.

-Lex, ¿pasa algo? ¿es el caso de Alice? – la rubia la miraba preocupada, aquel caso parecía estar exprimiendo a su amiga más de lo normal. La abogada al fin pareció volver en sí, tranquilizando a su amiga con una sonrisa.

-No, Echo, perdóname, es cierto que estoy algo dispersa esta mañana.

Echo se sentó en la silla delante del escritorio, restándole importancia a la actitud de la abogada con un gesto.

-¿Dónde te metiste anoche?

-¿Anoche? – la pregunta la pilló con la guardia baja.

-Sí... anoche, Lex, la noche que precede al día de hoy.

-Exactamente, ¿a qué te refieres?

-A que tenías una cita con Costia y la última vez que la vi estaba sirviendo chupitos a los de Social 5.

-Sí, tuvimos que anular la cita, le doblaron el turno en Atrium.

Un silencio espeso envolvió el despacho ante la incertidumbre de Echo que no dejaba de preguntarse qué le pasaba a su amiga.

-¿Y bien? – Lexa levantó la cabeza molesta por las continuas interrupciones de su socia.

-Echo te acabo de decir que anulamos la cita.

-Entonces tendremos que volver a Atrium a retomar esa cita, ¿no?

Lexa sonrió recordando el whataspp recibido hace apenas un minuto.

-Sí, deberíamos – Echo se irguió en su asiento, sorprendida de nuevo.

-¿Así tan fácil?

-¿Por qué debería ser complicado?

-Pues no sé, habitualmente siempre pones alguna excusa acompañada de un "Es que tengo mucho trabajo", "Es que hoy no es viernes...."

-¿Tenemos cita en el juzgado?

-Tú a las 10, yo a las 12:15 con el maravilloso fiscal del distrito.

-¿Entonces por qué debería ser complicado? Podemos pasarnos al mediodía.

Echo suspiró de nuevo ante la actitud tan extraña de su amiga, ¿qué habían hecho con su amiga?. Observó como la abogada se levantaba y cogía su chaqueta y su bolso para abrir la puerta, mientras la contemplaba con una rara sonrisa.

-Esto, Lex... ¿seguro que estás bien?

-Maravillosamente bien, Echo.

Entraron en el ascensor con ese silencio incómodo envolviéndolas de nuevo, mientras Lexa contestaba los mensajes de su móvil con esa sonrisa indeleble en su rostro. En el portal del edificio se separaron para coger cada una sus vehículos, puesto que ese día tenían varias citaciones en distintos puntos de la ciudad. Echo se detuvo en seco cogiendo a su amiga del brazo justo antes de que esta se montará en su coche.

-Lex, lo que quiero decir es que me alegro de que te hayas tomado el plantón de anoche así. Siempre te digo que hay que ver el lado positivo de las cosas y me parece genial este cambio de actitud en tu inflexible persona – Echo intentaba tener tacto – Pero entiendo que tenías unas expectativas de cenar con Costia y de repente cenar sola... aunque a ti siempre te ha gustado estar temprano en casa entre semana y tener tus 8 horas de sueño, claro...

Quid pro quo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora