Capítulo 4

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""Cúrame" tiene que ser increíble" eso es lo que dijo Misho anoche en su directo acerca de esta historia. Ha habido un momento de crisis y de querer dejar la historia, pero ya se me ha pasado y palante como los de Alicante. No creo que él siga leyendo así que seguimos adelante con la historia. Misho si lees esto y has llegado hasta aquí, te quiero jajajaja.

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...di mi nombre, pon tu cuerpo contra el mío y que lo malo sea bueno e impuro lo bendecí'o. Ya me abrazas sobre tu cuerpo en la esquina de tu cama y en el último momento dime mi nombre a la cara...

🪐

- Sí tuvieras que describirme, ¿cómo lo harías? -me apoyé en el muro que separaba su balcón del mío y sonreí con malicia mientras él alzó las cejas mirándome fijamente.

- ¿Físicamente?

- Físicamente y personalmente -me chupé el labio inferior, él comenzó a reírse.

- ¿Para que quieres saberlo? -se levantó de la silla y caminó hacia mí.

- Quizás te lo cuente otro día, pero hoy no. Solo limítate a contestar, si quieres, claro. No estás en la obligación de hacerlo -Misho apoyó sus manos sobre el filo y me miró a los ojos.

- ¿Me estás psicoanalizando?

- Todavía no he llegado a ese punto, pero me vendría bien una respuesta antes de perder la paciencia.

Ni siquiera supe porque le pregunté aquello, supuse que mis esperanzas de no haber quedado en el olvido fue la que me incitó. Dos fines de semana en los que salí con mi amiga Cata, con la intención de pasarlo bien y a poder ser, ver que nos iba a deparar la noche. Después de aquel encuentro en la piscina, quise olvidarme de Misho, no podía estar todo el santo día pensando en él. Lo odiaba y a la vez me encantaba, era una mezcla nada viable y a la mínima se adueñaba de cada pensamiento. Lo peor fue estar dando clase y verlo reflejado en mi mente. Quise despejarme, olvidarme de todo y abrirme un poco y conocer gente nueva. Pero parecía que cuando no buscaba nada los tíos se me acercaban con descaro y cuando sí quería, nadie venía. Y me dio rabia porque una vez más el poder de la manifestación se puso en mi contra. Y de alguna forma quise tener la opinión de un tío, que lo más probable fuera que me importara una mierda, solo quería saber en qué punto me encontraba. Pero claro, él no era cualquier tío y por mucho que lo negara, su opinión sí me importaba.

- ¿A dónde vas? -pregunté en cuanto vi sus intenciones de meterse dentro de su casa.

- Tengo que hacer la maleta, nos vamos en una hora y media -se encogió de hombros y suspiré.

Creía que pasarían la semana entera en Barcelona, pero ya me comentó Nil que todo el contenido ya estaba grabado. Fue una estupidez pensar que se iban a quedar la semana entera, quizás fue demasiado pedir algo que sabía que no iba a suceder. Nunca habían estado más de cinco días seguidos en Barcelona y aquella no iba ser la excepción.

- Claro -dije con desilusión -. Me debes una descripción.

- Luego te la mando por Instagram, tengo que pensar cuales son tus virtudes.

- Capullo -mascullé.

Misho se rió y entró dentro. Suspiré y me senté en una de las sillas esperando a que el sol se pusiera y contando los días para que llegaran las vacaciones de Semana Santa. No tenía ningún plan, pensé en bajar a Villarreal y visitar a mi familia, desde Navidad no les veía y mi madre me pedía que bajara más a menudo, pero a mí no me apetecía. Mis padres estaban separados y el mal rollo que existía entre ellos no lo soportaba. Estaba más que acostumbrada a verlos pelear, pero con el paso del tiempo me acabé hartando de sus idas y venidas. Mi hermano no se acababa de decir, que si un día con mi padre, un día con mi madre y solo hacía más que incrementar la rivalidad que comenzó el día en el que decidieron romper su matrimonio.

Cúrame ▪︎ MISHO AMOLIOnde histórias criam vida. Descubra agora