Capítulo 26

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...y es que amo siempre que llegas y odio cuando te vas, yo me voy contigo a matar...

🪐

Sonó el timbre que indicaba el final de la última clase. Los alumnos se levantaron alborotados, les indiqué calma con las manos y por primera vez en su vida, me hicieron caso tras haber sonado el timbre.

— Quiero para la semana que viene los grupos hechos, dos, tres o cuatro personas. Me los mandáis por mensaje privado del aula virtual. Que solo me lo mande un miembro de cada grupo, ¿vale? Nos vemos el martes que viene, buen fin de semana —me senté en la silla y suspiré.

Recogí el portátil y vi con el rabillo del ojo como Borja se acercaba hacia mí. No le tenía manía, pero era el típico alumno tocapelotas que lo cuestionaba todo y su familia en más de una ocasión me miró por encima del hombro. Siempre me sentí despreciada en las reuniones y tutorías y por mucho que intentara dejar todo eso atrás, siempre me acabó condicionando de una forma u otra.

— Gala —apoyó las manos sobre la mesa —, ¿tienes un minuto?

— Sí, claro —sonreí —. ¿Pasa algo? —coloqué los brazos en jarra y lo miré fijamente.

Nunca antes lo había visto así, vi pena en su rostro y me sorprendió. Siempre intentaba ser lo más cercana posible a ellos y ellos en muchas ocasiones se pasaban con la confianza. Nunca pretendí ser su amiga, simplemente quería hacerles el camino más fácil. Hasta hace bien poco estaba en su posición estudiando a la fuerza para intentar ser alguien en un futuro y aunque no me gustara, no me quedó más remedio. Y sí estaba en mis manos hacerles el camino más ameno, eso que me llevaba.

— Es que el otro día, el primero del curso —aclaró —. Nos estuvieron hablando de los posibles grados que podíamos hacer y vi que todo el mundo lo tenía bastante claro. Me miro a mí y no tengo ni idea de lo que hacer, mis padres quieren que estudie derecho,   como ellos, pero siento que no valgo para eso.

— Borja —tragué saliva al recordarme exactamente en su misma posición —, no es necesario que lo sepas ya. Todavía te quedan dos años en lo que poder pensar y si te equivocas, tampoco pasa nada. La vida no se termina por no haber elegido o haber elegido mal.

— Todo el mundo me dice que no valgo para esto, solo tú me animaste a meterme a bachillerato. Ni siquiera mis padres confían en mí —sentí de nuevo esa presión en el pecho, revivir todo fue duro, pero más duro fue ver como aquel chaval de dieciséis años estaba rotísimo y nadie trató de ayudarlo.

— Ven, siéntate —cogí una silla y él se sentó. Me miró a los ojos y pude apreciar esa ansiedad y esa presión que no son buenas y menos a esas edades —. ¿Sabes lo que me dijo mi tutora de cuarto de la ESO cuando fui a recoger las notas? —él negó con la cabeza —. Que estaba perdiendo el tiempo, que no estaba preparada para hacer bachillerato, ni selectividad y mucho menos para entrar en una carrera universitaria. A mí se me cayó el mundo encima, yo también tuve unos padres estrictos que en un principio dudaron de mis capacidades. Pero insistí, me metí a bachillerato y aunque me costó, conseguí terminar esos dos años con muy buena nota. Me curré la selectividad y entré en la carrera, ocho años más tarde estoy trabajando de lo que quiero, estoy intentando darle un vuelco a la educación y haceros protagonistas de algo que no os gusta. Escribo artículos históricos para una revista y estoy a punto de terminar mi primera novela. No les hagas caso, si tú confías en ti, todo saldrá bien, pero primero tienes que pensar en ti —sonreí —. Sé que el anterior psicólogo del centro era un capullo integral, ahora hay una chica que es muy maja. Pide cita con ella, seguramente sepa aconsejarte mejor que yo. Y ya sabes que menos para invitaros a cubatas los sábados, estoy para cualquier cosa — Borja se rió de lo último que dije.

Cúrame ▪︎ MISHO AMOLIWhere stories live. Discover now