Capítulo 8

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...A mi nadie me domina, papi soy tu adrenalina. You call, I dub, I don't pick up. I don't give a fuck, I think it's done already. Get lit and have some fun and meet no one. My heart is gone, you know I'm not steady...

🪐

- Perdona -coloqué las manos en las caderas y eché una visión rápida comprobando que Jimena no se había dejado nada.

- No te preocupes -Misho se acomodó en el sofá -. A esa señora le gusta hablar -rió y yo asentí.

- No sabes cuanto -me acaricié las sienes.

Jimena se acababa de marchar, sus padres justo llegaron al terminar de cenar y aunque me dio mucha penita, lo agradecí. Estaba mentalmente agotada y quise tener aquel ratito a solas con Misho. Jimena tan solo era una niña de seis años, pero conociéndola era capaz de darle todos los detalles de nuestra conversación a sus padres y quise evitarlo.

- No te he ofrecido nada, ¿quieres cenar o tomar algo? -agobiada, lo miré a los ojos disculpándome por mi falta de cortesía.

- Nada, no te preocupes de verdad -le restó importancia -. No creo que tarde mucho en irme, mañana tendrás que madrugar.

- No te creas -me serví un poco de agua y bebí -. Mañana no voy a trabajar, tengo unas pruebas médicas. Me ocupan toda la mañana.

Misho asintió con la cabeza y yo aproveché para recoger la mesa. El búlgaro me siguió hasta la cocina y se apoyó en el filo de la encimera mientras yo fregaba lo que había ensuciado. No era mucho, pero lo suficiente como para dejarlo solo en el salón durante unos cuantos minutos. Agradecí que me siguiera, no me hubiera sentido cómoda dejándolo solo.

- ¿Quieres que te acompañe? -su voz sonó rasposa -. Bueno si va a alguien contigo...

- No viene nadie, tenía la intención de ir sola -le corte antes de que terminara la frase, percibí que estaba nervioso y no quise que se sintiera incómodo -. Tampoco quiero que te tires cuatro horas conmigo allí.

- Por lo menos nos sacamos de quicio mutuamente, no tengo nada que hacer y creo que te vendrá bien distraerte -achiné los ojos tratando de buscar algo que lo delatara.

Misho sabía más de la cuenta o al menos eso me pareció. Ese interés de repente de pasar más tiempo conmigo, no quería dejarme sola porque sabía que sobrepensaba todo muchísimo. Quiso ser mi distracción sin que yo sé lo pidiera y no sé si me gustó o me perturbó la idea.

- Si no hay más remedio -me encogí de hombros.

- Eres la alegría de la huerta -rodó los ojos.

- Tú tampoco es que seas la mejor compañía, la verdad -imité su forma de hablar.

- Tengo que contarte un par de cosas -se cruzó de brazos e intensificó su mirada en mí -. Una es un proyecto que me ha surgido y he aceptado y la otra es una vivencia personal.

- ¿Ahora si hay confianza? -alcé una ceja y apagué el grifo.

- Gala -mencionó mi nombre con retintín -. Siempre la ha habido, sino no te habrías metido en ropa interior en una piscina conmigo.

- Una cosa es la confianza y otra que no tenga pudor en mostrar mi cuerpo - me crucé de brazos imitando su postura.

Misho apartó la mirada mientras negaba con la cabeza. Perdía la paciencia conmigo y a mí me gustaba como se mostraba. Quizás me pasé en ciertos momentos, le contagié mi inestabilidad, pero era eso o olvidarme de todo. Y aunque no quisiera más, yo necesitaba acción en mi vida y con él todo se volvió una puta montaña rusa llena de emociones.

Cúrame ▪︎ MISHO AMOLIOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz