Un futuro incierto

capitulo 2

Apoyándo su estrecha e irresistible cintura en ese auto deportivo, se encuentra un joven de cortos cabellos rojizos, lo cuales ocultan esas hermosas cejas gruesas suavemente arqueadas.

Su mirada seductora y a la vez coqueta se encuentra escondida bajo esos lentes de sol negro. Él se ve deslumbrante pero su expresión no es del todo agradable. Algo le estaba molestado.

"¿Cuánto tiempo tengo que seguir esperando?" Se pregunta a simismo, al mismo tiempo que observa la hora en su celular. Se estaba empezando a desesperar, es de las personas que tienen muy pero muy poca paciencia.

Cuando la vea le meteré un puñetazo por mentirme con respecto a la hora, no, mejor aún. Me iré y la dejaré en la espera de mi llegada.

—Roshan, puedes dejar de fruncir tanto el ceño—Es raro que se encuentra tan irritado—Le ofrece una bebida de uva y otra de limón.

¿Que le pasaría para que se encuentre tan desesperante? Creí que estaría alegré de ver a su primera y al mismo tiempo si mejor amiga.

—Limón.

—Estoy seguro que ella mintió con respecto a la hora.—Le entrega la bebida a Roshan.

Asha es una señorita fuera de lo común, frente a nosotros se comporta como si fuera hombre, soltado golpes adiestrar y siniestra. Pero, enfrente de la familia y principalmente su tío Samuel. Ella se comporta linda, al igual que Roshan.

—No me había dado cuenta—Frunce todavía más el ceño.

Como siempre de vengativa, de una manera u otra siempre termina fastidiandome todo por no ver respondido la llamada a la primera. Es idéntica al tío, Hedoi.

Roshan disfruta de su bebida mientras piensa en si es necesario el amargarse la vida por esa pesadilla extraña que no lo han dejado dormir estos últimos días.

—¿Que te tiene tán molesto?—Pregunta Zuzen, sin miedo a recibir esa mirada azul violeta extremadamente fría.—¿Volviste a tener ese sueño raro?

No se que tan feo es lo que pasa en ese sueño, pero la primera vez que Roshan, soñó con eso. Él gritaba cosas sin entendimiento seguido de un grito y sus ojos cubiertos de lágrimas.

Eso paso hace unos años atrás, todavía éramos niños, pero de alguna manera Roshan, olvidó lo que pasó esa noche. Y yo tampoco se lo recordé y nunca se lo he dicho a mis padrinos, se lo prometí a mi joven maestro y amigo aquella noche lluviosa que dio inicio al invierno.

Por eso me sorprendió cuando hace unos días me confesó que, había tenido ese tipo de sueños extraños super vívidos pero que al despertar no recuerdas casi nada.

—Sí—Ve la lata de jugo en su mano—Sigo sin lograr ver el rostro de esa persona—Aprieta con fuerza esa lata hasta que la aplasta—Solo sé que soy yo, quién va al volante huyendo sin intenciones de querer hablar por más que me ruega, pero sigo sin saber el detonate de mi furia.—Tristeza.

Desde que nací jamás he conocido la tristeza, tengo toda mi familia viva, mis abuelos se cuidan mucho para estar fuertes y saludables porque dicen que quieren estar vivos para cuando decida casarme.

Algo que no pasará, no pienso casarme, voy a molestar a mi viejo padre, por el resto de su vida. Verlo endurecerse es lo más divertido que puede haber.

—Entonces, ¿Qué es lo último que recuerdas?—No tendríamos quedarle impotencia a un simple sueño, pero una vez mi padre Víctor, dijo algo que me hizo pensar en mucho.

"Zuzen, mi querido hijo. Aveces los sueños no son solo sueños alzar, algunos tienen significado y otros te pueden estar adviertiendo de un peligro. Te lo digo como alguien que a visto y vivo cosas extrañas junto a mis maestros" esas fueron sus palabras mientras me enseñaba artes marciales mixtas.