capitulo 21

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Con un puro entre sus dedos y el humo perturbado su visión, yacía un hombre de unos 49 años bronceado sin exagerar, de aguada mirada color ámbar.

Con molestia lleva hacía atrás unos mechones rebeldes azul negros, que caen en ocasiones sobre su cincelada frente. Pero, no era solo eso lo que le estaba molestado.

Su principal molestia es la información sobre la mesa junto a su silla libanesa, él en estos momentos se encuentra tomado el sol en la terraza de su penthouse.

Ese hombre podría tener 49 años, pero, no tenía nada que envidiarle a un joven entre 25 a 30 años. Está como quiere con ese sobresaliente pectorales, hombros definidos al igual que su musculatura y firme abdomen. Piernas torneadas.

—¿Estas seguro que la información en correcta?—Interrogó con su voz ronca.

—Sí, señor Meyer.—Respondió el que vendrían siendo su asistente.

Él es un joven muy fornido alfa de unos treinta años, piel de porcelana y unos grandes ojos de coqueta mirada azul al igual que su cabello ondulado.

—Lo verifique varias veces y los resultados siguen siendo los mismo, el joven maestro Gerald, está trabajado como docente en la universidad.

Me sorprendió su repentino cambio de actitud y el que se haya ido sin decirle a Dios, a su padre. Esa carta dejada sobre el escritorio del señor no cuentan.

—Ya veo.—Termina de fumar ese puro entre sus dedos.

¿En qué demonios está pensando Gerald? Ese mocoso nunca había desobedeció mis órdenes, mucho menos me había mirado directamente y decirme todo lo que dijo luego de recuperar su movilidad.

¿En serio no luchará por la posición de heredero? No me gusta esa decisión, si ya se volvió desafiante y sin miedo a las represalias, él tiene que volverse el heredero de mi legado.

No pienso dejárselo a esos inútiles buenos para nada, a excepción de ese chico, el primero de Gerald por lado materno. No es nada mío, pero, al criarlo le he tomado aprecio y es un buen peón. Es el único rescatable y algo digno de estar como el segundo al mandó de la empresa, el vicepresidente.

—Prepara el jet, tengo que ir a visitar a mi hijo.

—Como ordene, Ceo Meyer.—Antes de retirarse hizo una pequeña reverencia.

—Ya quiero ver la expresión que pondrá ese mocoso.—Sonríe con maldad.— Está muy equivocado si creé que aún puede hacer lo que de le dé la gana.—Niega con su cabeza.—Mientras llevé mi sangre él tiene que acatar mis órdenes.

¿Cómo reaccionara Gerald, al ver llegar a su padre a su casa sin ser invitado. No es una visita agradable de ver y mucho menos convivir con él.


                                            [••••••]

Las clases había finalizado y era momento de regresar a los dormitorios o salir con tus amigos a divertirse un rato y volver a tiempo antes que las puertas de la universidad se cerraran.

Muchos preferían salir y otros solo quería descansar después de una día tan pensado con unos dos a tres parciales.

En este momento los primos y sus respectivos guardaespaldas amigos, se encuentran diciendo a que lugar ir a disfrutar la finalización de los parciales, ya estaba libre de esa presión.

—No podré acompañarlos.—Comunicó Roshan.—Vayan sin mí.—Revisa sus mensajes.

—¿Por qué?

¿Qué le sucede a Roshan? Estos últimos días se está ha estado comportado extraño. También suele perderse de vez en cuando, le pregunté a Zuzen y el soltó una excusa absurda.

Un futuro incierto Where stories live. Discover now