QUINCE

4.8K 354 139
                                    

15

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

15. Lo quiero contigo

Pocas veces, de hecho, casi nunca, había tenido un amigo o una persona que se pudiera describir por ese término. En mi niñez no había sido un niño muy interesante o con alguna habilidad que me hiciera ser extrovertido y sonriente.

Era por eso que ahora mismo la situación me dejaba un tanto confuso y sin posibilidades de reaccionar como se supone que reaccionaría.

No solo una persona me había visto cara de ser su amigo, sino que, en realidad, había venido a buscarme directamente como hacen los amigos.

¿Piensa que soy terapeuta? No soy terapeuta, y de todas las cosas no lo sería. Digamos que quizás me vio como un ser pensante y un tanto razonable también. No me quejaba, después de todo, era una primera experiencia que me funcionaría vivir.

Aplasté mis labios, dejando que su parte interior me hablara esta vez. Claro que lo hizo, sin embargo, sus ojos no estaban puestos en mí, sino en la persona a mis espaldas que parecía ser más interesante.

Dos personas, ahora que lo pienso.

Le eché un vistazo sobre mis hombros. Wendy lucía verdaderamente sonriente detrás del mostrador, mientras ese chico de cabello un tanto largo hablaba con ella.

¿Sentía algo raro por ver al tipo que a Mack le gustó alguna vez? Sí, reconozco que en el principio sí sentí algo parecido a la envidia o quizás ese deseo de demostrarle que soy mejor que él para que Mack no se arrepienta de tener eso conmigo.

Pero en estos momentos que puedo notar como el tal Jamie tiene una larga conversación con Wendy y le presta suma atención, más bien me compadezco de Mike.

Mike. El rubio que la escrudiña sin disimulo.

Volví al frente, carraspeando con la cierta incomodidad que me causaba esta situación

—Sigo sin entender —murmuré

—No entiendo qué no entiendes.

—El hecho de que creas que puedo aconsejarte para empezar.

Pestañeó, confundido

—¿Cómo no puedes? Tú... eres tú y tienes novia, quiero saber cómo hiciste que eso pasara.

—Si sabes que tu hermana fue quien se declaró primero, ¿verdad?

—Ese no es el punto.

—Mike —suspiré—. Soy un cobarde. Esa es la única palabra que me define.

—Es imposible. Literalmente las chicas vienen detrás de ti como moscas a la miel. ¿Sabes siquiera cómo conseguirlo? Porque... te quedas ahí.

—Exacto —asentí—. Me quedo aquí.

Invierno de coloresWhere stories live. Discover now