LIBRO 3. SAGA «COX»
Ethan es el prototipo de chico tímido que por lo general no tiene muchos amigos.
Mack es la chica sonriente y divertida que ama ocuparse todo el tiempo y ayudar a los demás.
Ethan le tiene miedo a casi todo.
Mack casi nunca le...
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23. Eso es un no.
El día había estado muy raro.
Desde anoche, antes de que se fuese a la cena de sus padres, Mack dejó de responder mis mensajes. Bueno, sólo le escribí que me avisara tan pronto llegara y esta mañana volví a escribirle al notar que no me respondió el anterior.
¿Eso me hace ver algo intenso?
No tengo idea, pero sinceramente, prefiero ser un intenso que no se rinde a esperar sentado cuando ella puede que esté pasando por algo malo. Después de todo, salió a cenar con su familia, algo me dijo que, en efecto, su mal presentimiento ocurrió.
Y eso no significa nada bueno.
Por eso, mi preocupación aumentó.
No me di cuenta de a qué hora llegó anoche, por lo que supuse que fue tarde. Apenas desperté, tampoco vi algún movimiento extraño en su casa, lo que tampoco me dio pistas de qué podría estar ocurriendo.
Por lo tanto, me duché normalmente, me arreglé y bajé a desayunar. Lo más probable era que los chismosos de mis abuelos tuvieran información al respecto, de manera que, no lo pensé al dirigirme hacia el comedor donde pude verlos.
La mujer terminando de servir los desayunos, y el hombre en su silla, bebiendo una taza de café al mismo tiempo que leía el periódico sin sus usuales lentes.
Ambos notaron mi llegada
—Hola —me sonrió ella—. Siéntate, hice tu desayuno favorito.
Wafles con crema batida y chispas de chocolate
Me ubiqué en mi lugar correspondiente, pero sin probar bocado. No hasta que los dos estuvieron sentados y en silencio.
Suspiré
—¿Alguno de ustedes sabe algo que yo no?
Los dos compartieron una mirada
—Sabemos muchas cosas —mi abuelo bebió un sorbo—. Tendrás que ser más específico.
Bufé
—¿Lo dices por ser chismoso o sí me prestarás atención?
—Sí te prestaré atención —dobló el papel y lo dejó sobre la mesa—. Ni siquiera estaba leyendo, no tengo mis lentes, hijo.
Lo miré con obviedad, mi abuela se entrometió
—¿Por qué preguntas? —cuestionó
—Por Mack —respondí directamente—. No quiero sonar tedioso, pero no me responde. Y me dijo que había salido con su familia, temo que no todo terminó bien. Me preocupa.
—Lo primero que tienes que hacer es calmarte —opinó el viejo—. ¿Sí? Es tierno que te preocupes, pero no puedes sacar conclusiones sin saberlo.
