VEINTIDOS

3.3K 277 44
                                    

Maratón 3/3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maratón 3/3

22. ¿Está todo bien?

Estaba más feliz de lo que podría estar nunca.

Bueno, con Ethan siempre estaba feliz. En esta ocasión lo estaba más. Había pasado la mejor noche de mi vida, algo que nunca jamás podría llegar a olvidar, algo que me había hecho sentir mucho más de lo que ya sentía por él.

Estar enamorada era algo muy corto para describir cómo me sentía en estos momentos. Todo iba demasiado rápido y a pesar de eso, estaba muy segura de mis sentimientos.

Estaba muy segura de que él estaba igual de feliz que yo.

Que ambos estábamos igual de enamorados.

Por eso, cuando llegamos a casa de Wendy nos costó un poco más de lo normal despedirnos. Ethan me ayudó a bajar de mi asiento y nos dimos un corto beso que queríamos que durara más.

Antes de seguir con mi camino, sentí su mano buscando mi muñeca para devolverme a su pecho.

Solté una pequeña risa, sostuvo mi rostro suavemente

—Te busco más tarde —murmuró

—Vale —mi sonrisa era enorme—. Gracias por todo.

—Ya te dije que no tienes que darme las gracias, te las doy a ti.

—De todas formas —suspiré—. Fue todo... perfecto.

—Lo fue.

Me empiné y volví a juntar nuestros labios en un gesto que quería que fuese eterno. Al separarnos, nos sonreímos al mismo tiempo

—Será mejor entrar —susurré

—Adelante.

Lo solté, para dar media vuelta y subir los escalones. Al llegar a la puerta, volví a verlo y noté que no se había movido, y no había dejado de observarme. Tomé el pomo y lo giré para abrir de una vez por todas, mi mano se agitó en su dirección como despedida.

Una vez dentro, lo vi por los vidrios como se subía al auto y arrancaba

Volví a soltar otro suspiro

Digamos que ahora lo haría muy seguido.

—Vaya, vaya —escuché una voz canturreando. Me causó un respingo. Apenas giré, me topé con la figura de Wendy asomándose de la entrada de la cocina con una taza humeante en sus manos—. Alguien se ve muy feliz.

—Lo estoy —dejé mi mochila en el suelo, aproximándome a donde ella estaba—. Pasé la mejor noche de toda mi absoluta vida.

—¿Ah sí? —sonrió, al ver como me arrojé al sofá

—Sip —cerré un momento mis ojos, con las imágenes reproduciéndose—. Ethan es el hombre para mí, Wen.

—Lo sé, se te nota —escuché sus pasos y luego, se tumbó a mi lado—. Estás muy enamorada. Así que... supongo que algo bien habrá hecho.

Invierno de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora