VEINTISÉIS

3.2K 304 87
                                    

26

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

26. Feliz navidad, galán

Me removí un poco en el suave colchón donde se encontraba todo mi cuerpo. Solté una profunda exhalación, acomodándome mejor en la superficie con tal de seguir flotando en ese sueño que me tenía casi sonriendo.

Nos veía. A mi novio y a mí. Estábamos en una especie de campo verde con los pajaritos cantando, el sol alumbrando en todo su esplendor, la paz y la tranquilidad. Estábamos juntos, en aquella banca, él abrazándome, yo abrazándolo. Mirando hacia un hermoso día.

Es cierto eso que dicen.

Cuando te enamoras sólo piensas en esa persona.

Y desde que yo lo admití, siempre ha sido así.

Mi sueño se vio interrumpido por algunas pisadas. No reconocía bien si se trataba de ello o no, pero no quería que me impidieran soñar. Intenté ignorarlas, lo que no conseguí, porque se hicieron cada vez más intensas, hasta que reconocí el ruido de una puerta abriéndose.

Mi mente reaccionó al ahora, despertándome en segundos. Me mantuve quieta, con mi rostro escondido en la almohada y mi cabello cayendo distraídamente a ambos lados.

Por un momento, los pasos fueron sigilosos. Mientras más se iba acercando, más empecé a notar su presencia. Y entonces, algo tocó mi mejilla dos veces.

—Mack —susurró bajito

Solté un gruñido lanzando un manotazo que no le dio

—Mack —insistió, esta vez empezando a mover mi espalda muchas veces—. Mack, despierta. Necesito que te levantes ya, ¿okey?

—Jonas —me quejé—. Déjame y ve a dormir.

—Es hoy —se inclinó para murmurar—. Santa visitó nuestra casa anoche. Hay regalos debajo del árbol, tenemos que abrirlos.

Eso poco a poco me hizo despertar mejor.

Me incorporé, levantando la cabeza de la almohada suave en donde la tenía apoyada. Pestañeé, poniendo una mueca. Mi pequeño hermano me miraba con ilusión en sus ojos. Algo que quise borrarle del enfado por haberme despertado.

No hice tal cosa. Emití un carraspeo, quitándome el cabello de la cara

—¿Qué dijiste? —terminé por preguntar

—Los regalos bajo el árbol —saltó a mi cama, cayendo de rodillas—. Hay muchos. Tengo que mirarlos todos, ¿de acuerdo?

—No sabes si todos son para ti.

—Claro que sí. Soy el niño de la casa, es obvio que todos son para mí.

—Entonces ve a abrirlos sólo.

—No quiero hacerlo sólo —casi pone una mueca lastimera—. Mack acompáñame, ¿sí? Intenté decirle a mamá, pero está dormida con papá y no quiero molestar.

Invierno de coloresWhere stories live. Discover now