10.- Beso negro

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Mientras masturbaba su coño lentamente, Alejandro no paraba de besar a Alicia y con la otra mano apretaba su cintura acercándola a su verga

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Mientras masturbaba su coño lentamente, Alejandro no paraba de besar a Alicia y con la otra mano apretaba su cintura acercándola a su verga. Luego deslizó la misma hacia arriba hasta llegar a la altura de los broches del sostén.

Cuando liberó sus tetas del mismo llevó la mano hacia una de sus tetas para sujetársela con ímpetu.

El beso se hizo más fiero, Alicia sujetaba su cuello con fuerza mientras que lo besaba, a duras penas la joven sacaba su lengua, pero ese era un paso a la perdición. ¡Ya lo aprendería!
Cuando la supiera usar, nadie la detendría.

Al separarse un poco de su boca, Alejandro levanta la blusa y toma una de sus tetas para metérsela en la boca y empezar a chupársela mientras
acariciaba su espalda de manera sensual.

Alejandro ve ese pezón rosado todo rígido y esa aureola tan pequeña y hermosa que sentía que podía morderlo, lame la punta y parte de la teta de Alicia divisando cómo todo su cuerpo se erizaba.

Frotó un poco más su vagina, una que estaba completamente empapada con sus fluidos. La rubia estaba tan caliente por dentro que seguramente ella misma lo desconocía. Tenía un potencial tan sensual y morboso que pretendía hacerle ver.

Él sonríe con malicia mientras acuna su cuello y la vuelve a besar, pero con aquel beso jala un poco su labio inferior y profundiza su dedo.

- ¡Ahhhh! -gime la rubia contra la boca de Alejandro, mantenía los ojos cerrados como tratando de reprimir lo que estaba sintiendo.

Él penetra más su coño hasta que ella abre los ojos de par en par.

- ¡Ah ah ah! -jadea inclinando su cabeza hacia atrás mientras que llega al clímax.

Meneaba sus caderas de una manera enloquecedora que le ponía al CEO muy tensa la verga.

Unos segundos después, el pelinegro siente que su mano se humedece de sus fluidos. Alejandro muerde sus labios al ver la boca de ella semi abierta y esas mejillas rojas. Movía un poco más sus dedos hasta que ella medio sonríe, es cuando sabe que había acabado por completo.

Saca su mano del coño y ve que sus dedos estaban cubiertos de un líquido blanco. Por mucho tiempo no había hecho con una mujer, por lo general terminaba metiendo sus dedos en la boca de ella, pero esa noche... Alejandro se llevó sus propios dedos hasta su boca para lamerlo, cierra los ojos y disfruta de la dulzura de la que estaba hecha esa chica.

Alicia observa cómo Alejandro chupa sus dedos y eso la hace sentirse extraña. Cuando él termina la observa a los ojos.

- Has estado aprendiendo muy rápido.

La obsesión del CEOWhere stories live. Discover now