29.- Fin del trato

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Alicia caminó lentamente hasta la puerta, quedándose en silencio detrás de la misma

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Alicia caminó lentamente hasta la puerta, quedándose en silencio detrás de la misma. Ya era muy tarde para que Alejandro estuviera parado allí afuera, ¿y qué pasaba con el idiota de su vecino? ¿A dónde demonios se había ido?

- Alicia, abre la puerta.

Ella decide abrir y al hacerlo lo primero que ve son los ojos azules de Alejandro.

- ¿Qué estás haciendo aquí?

- He venido para que me expliques qué que demonios fue todo ese show con el imbécil del vecino tuyo.

- Mi padre podría llegar en cualquier momento, ¿estás demente? Es muy riesgoso que te quedes.

Pero Alejandro no le importó, en cambio avanzó al interior de la casa cerrando la puerta a sus espaldas.

- Alejandro, por favor, este no es el mejor momento para hablar.

- ¿Y cuándo lo es? -la rubia no responde, solo se cruza de brazos.

- Quiero que me digas lo que está pasando con ese idiota, ¿es cierto todo lo que ha dicho?

Ella pestañea un par de veces al mismo tiempo que aplana los labios, la mirada fiera de ese hombre la hacía sentirse tan pequeña e intimidada.

No obstante, no estaba segura de contarle lo que estaba pasando con el idiota de su vecino. Es que sospechaba que la reacción que tendría Alejandro para con él no sería nada buena aunque se la mereciera. Pero también estaba el detalle de que ese imbécil podría decirle todo a su padre.

Alicia suelta un suspiro...

- Entonces, ¿es cierto? -ella baja la mirada, no podía seguir con eso.

- Creo que debes irte, Alejandro.

Su petición le hizo encender la sangre, lo estaba echando de la casa porque todo lo que había sucedido horas antes era cierto. Ella se estaba enredando con ese hijo de puta a quien le partiría la maldita cara en cuanto tuviera la oportunidad.

EI CEO avanza hasta donde estaba ella quedando a muy poca distancia de su persona, mira hacia abajo notando que ella ni siquiera le mantiene la mirada. La toma por el mentón y la obliga a verlo.

- ¿Crees que puedes echarme de aquí así como si nada? ¿Y que me quedaré tranquilo y conforme con lo que estás haciendo? Tenemos un convenio y no lo vas a romper así nada más.

- ¡Tienes que irte! -le dice lo más seria posible.

Luego de eso, Alicia intenta alejarse, pero Alejandro la sujeta de la cintura para envolverla con sus brazos. Seguidamente posa sus labios con los de ella y de manera inmediata, la rubia le corresponde al beso igualmente con fiereza.

La obsesión del CEOWhere stories live. Discover now