La obsesión del CEO

27.- Acoso

Alejandro se quedó con las ganas de un poco más de Alicia, relame sus labios saboreando la esencia de la saliva de la rubia en su paladar... el CEO traga en seco y es cuando decide salir del armario de limpieza.

La fiesta estaba apenas empezando y Alejandro sentía muchas ganas de largase de allí en compañía de Alicia, pero para su desgracia el maldito de Marcos no se le despegaba de encima y Jaime era otro obstáculo; como si la incentivara a estar con ese chico.

Ya había perdido la cantidad de tragos que se tomó esa noche, cuando miraba el cuerpo de Alicia llevando aquel vestido tan sexy le encendía la sangre, no estaba usando sostén y el saber que ella llevaba sus tetas libres lo enloquecía.

Porque así como estaba él, muchos otros hombres debían de estarlo. Esa rubia despertaba el deseo carnal de cualquier hombre en ese salón, el pelinegro lleva la mirada hacia otro lado intentando en no pensar tanto en ese cuerpo.

Cuando de pronto aparece a su lado la morena de la recepción, Alejandro levanta la vista y la ve toda sonriente.

- Señor Sangenis, ¿le gustaría bailar conmigo?

Él se le quedó mirando a esa morena de interminables curvas, la verdad es que follaba bastante rico, pero algo le impedía que lo hiciera. Y no es porque esta fuese su empleada, era algo más.

Luego busca con la mirada a Alicia, ella lo estaba observando fijamente, justamente cuando esa mujer apareció.

Recordó la promesa que le hizo a esa rubia, y la mantendría hasta el último día.

- Creo que hay muchos otros invitados deseando bailar, en estos momentos no estoy interesado en hacerlo -responde tajante.

La morena lo mira estupefacta, luego pestañea y hace como si sus palabras no le hubieran afectado en lo más mínimo. Sonríe y lentamente se retira como si nada.

Alejandro lleva la vista hacia donde estaba Alicia y ya no la ve, eso lo hace fruncir el ceño y empieza a buscarla con la mirada por todo el salón.

[...]