24.- Mentira

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Esa tarde, Alejandro en vez de llevar a Alicia a su casa la llevó a la suya propia.

La rubia observa la mansión del CEO y se excita de manera inmediata, puesto que sabe lo que iban hacer en esa residencia. Era algo inevitable no encenderse cuando se trataba de ese hombre.

- Pensé que me llevarías a casa -le dice mirándolo de reojo.

- ¡Por supuesto que no! -responde con una sonrisa maliciosa, lo cual produce un hormigueo intenso en el coño de Alicia.

Ambos se bajan del coche y mientras que Alicia camina hasta la casa, Alejandro la toma de la mano para apresurar sus pasos.

- No contamos con mucho tiempo.

Nomás al cerrar la puerta, él la ciñe con sus brazos para apoderarse de sus labios en un beso arisco y caliente.

Alejandro estaba tan caliente y excitado que su boca se hacía agua, y mientras besaba a Alicia su saliva se mezclaba con la de ella.

El beso era muy jugoso y hambriento, tanto que ambos comenzaron a despojarse de la ropa allí mismo en el recibidor. Mientras tanto que Alejandro empuja el cuerpo de Alicia hacia las escaleras.

Cuando la despoja por completo de las prendas de la parte de abajo, él ya estaba con su verga erecta y dispuesta para entrar en ella.

Siguen con aquel beso lujurioso, y al llegar al pie de la escalera la hace darse la vuelta.

- Sostente de la base -susurra contra su oído.

- ¿No vamos a subir?

- No, quiero hacértelo ahora mismo. ¡Te deseo, Alicia! Quiero cogerte en este preciso instante.

Alicia muerde sus labios al escuchar esas palabras, él sabía perfectamente qué frases utilizar para hacerla calentar y erizar todo el cuerpo... Alejandro era como un pecado personificado, un demonio encarnado.

Era de mente peligrosa, sagaz y muy audaz... ese pelinegro tenía todo lo que le podría gustar a cualquier mujer, lo que encendía a una muier con tan solo verlo. Y eso le pasaba a ella cuando lo veía, enardecía todo su cuerpo nomás de saber que se come a ese hombre hasta el cansancio.

Pasa saliva cuando siente la punta de la cabeza de su pene presionar contra su coño, lo que la lleva a cerrar los ojos y por instinto abre un poco más sus piernas v alza el culo que era sostenido por las manos de Alejandro.

Él le mete muy lentamente la verga en el interior de su coño, torturándola hasta que llega al final, cuando está por completo en su interior y lo logra sentir hasta su ombligo la rubia gime con fuerza.

- ¡AHHH! -Gime con pujanza al sentir ese pequeño dolor, pero placentero.

- ¿Te gusta que te lo meta todo?¿Hasta que te duela? -clama contra su nuca mientras la chupaba.

Luego de eso, Alejandro enrolla su cabello en su mano y la hace inclinarse un poco hacia atrás. Sigue sujetando su culo y continúa penetrando su coño con fuerza, muerde sus labios al ver esas gotas de sudor bastante seductoras recorrer la espalda
blanquecina de Alicia.

EI CEO baja la mirada para observar cómo su hombría entra y sale del cuerpo de la rubia.

- Alicia, mierda, que bueno está tu coño. Que apretado es, eres deliciosa, no se afloja a pesar del uso que le doy -jadea con fuerza al acelerar las embestidas.

La obsesión del CEOWhere stories live. Discover now