17.- ¿Celos?

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- Ya he dicho que no me pasa nada, ¿por qué debería pasarme algo?

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- Ya he dicho que no me pasa nada, ¿por qué debería pasarme algo?

Alejandro la mira seriamente, se adentra en el cuarto y cierra la puerta detrás de él. Observa a Alicia fijamente buscando el motivo por el cual estaba actuando así, no podía engañarlo, sus años de experiencia le decían que ella estaba molesta.

¿Acaso estaba enfadada por la llagada de la chica del servicio?

- Quisiera saber cuándo me llevará de regreso a casa, mi padre seguro que llega hoy.

- ¡Él no llegará hoy!

- ¿Cómo está tan seguro de eso?

- Soy su jefe, yo lo sé todo...

El ojiazul comenzó a caminar hacia ella con pasos firmes y sin apartar la vista, mientras que noto que Alicia retrocedía.

- ¿Te ha molestado que esa chica llegara a mi casa? -la rubia ensancha la mirada ante la pregunta tan directa.

- ¡Por supuesto que no! -miente lo mejor posible.

- ¿En serio?

Rodea la cama hasta alcanzarla casi en la esquina de la habitación.

Rápidamente, Alejandro envuelve su cintura y aprieta su cuerpo contra el suyo.

- ¿Por qué será que no te creo nada?

- ¿Por qué tendría que molestarme que venga otra mujer a su casa? a mí no me importa con quién ligue usted, yo solo quiero terminar este trato que tengo con usted y no tener que volver a pisar esta casa.

¿Pero qué demonios estoy diciendo? ¿Por qué le he dicho eso a este hombre?, piensa la rubia.

Alejandro frunce el ceño ante esa respuesta, paso de estar curioso ha enfadado. Era consciente de que ellos solo estaban por sexo, pero que ella se lo soltara en la cara de esa manera lo enfurecía.

- ¿Ah sí?

- Sí -Alicia sabía que respondía por medio de la rabia.

- En ese caso, seguirás pagando tu deuda conmigo.

El pelinegro lanza el cuerpo de Alicia sobre la cama sobresaltándola un poco, bruscamente le abre las piernas divisando su coño desnudo. Baja el jogger deportivo que llevaba puesto y termina por acomodarse entre los muslos de Alicia.

La obsesión del CEOWhere stories live. Discover now