III: MALGASTANDO SUERTE

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Unos minutos de lluvia bastan para llenar el espacio de ese frío que solo se cura con un abrazo. Sin embargo; no me siento aún con derecho a invadir su espacio personal. Estoy malgastando mi suerte.

—Qué quieres comer? —inquiere con su jodidamente perfecto cabello cayendo sobre su frente.
—No sé, sorpréndeme —alcanzo a responder para dejar el balón en su cancha.

La verdad es que podríamos estar compartiendo un pan dulce sentados en una vereda y me daría exactamente lo mismo que estar comiendo en un restaurante de lujo. Lo que más disfruto de la comida es su compañía.

Me estoy enamorando... me estoy enamorando de mí a través de sus ojos. Porque hace mucho no hablaba de mí en voz alta y juro que había olvidado lo buena que puedo llegar a ser con las palabras.

Espero que a él le suceda lo mismo y que tenga presente lo divertido y fascinante que es su caminar por la vida.

Voltea a mirarme entrecerrando los ojos y yo respondo mordiéndome los labios en un acto involuntario de defensa.

Tal vez esté pensando que le tomó cuarenta años encontrar a una persona que no sabía que estaba buscando y yo, yo estoy repitiendo en mi cabeza: «las malas decisiones nos ayudan a equivocarnos mejor».

Cuestión de pielحيث تعيش القصص. اكتشف الآن