Cuestión de piel

CELEBRANDO LA VIDA

Para ser alguien que no cree en los festejos de cumpleaños, me encuentro muy emocionada planeando qué hacer para celebrar su vida.
Definitivamente hay muchísima gente en la Isla de los Pescadores que quiere ser parte del festejo, gente con quien yo prefiero guardar una sana distancia.
Siendo sincera, no me gusta llenar mi espacio con conocidos, con extraños que vibran bajito o con <amigos> estacionales.
Lo mío es más el uno a uno; pero la decisión no me pertenece y este día tampoco.
—Selá —escucho en la cercanía.
—Qué haces aquí, Magno? —digo soltando un suspiro.
—Dándote una sorpresa. —Sonríe poniendo una maleta grande sobre el tablón.
—Las sorpresas de hoy tienen que ser para ti, es tu cumpleaños. Feliz cumpleaños. —Sonrío nerviosa.
—Por eso vine, para que me des un abrazo.
—Pero la fiesta de hoy es en la Isla... —Pone su boca sobre mis labios para callarme—, la fiesta está donde tú estés.
Mis ojos se llenan de emoción mientras lo aprieto con fuerza contra mi pecho. He pasado mucho tiempo tratando de resignarme a no compartir días como estos con él.
—Dónde puedo poner mis cosas? —pregunta escaneando el departamento que me ayudó a decorar.
—Tus cosas? —repito en tono de sorpresa.
—Sí; voy a vivir contigo e ir de visita a la Isla. Ya arreglé todo con Ula.
Cierro los ojos en agradecimiento, porque mi mayor deseo se convirtió en realidad.
—Te amo Magno, gracias por existir!