Cuestión de piel

DIAMANTES EN EL CIELO

Escucho el estallido de fin de año y aunque no veo los destellos, puedo imaginarlos brillando como diamantes en el cielo.

Me alegro de no haber tragado la pastilla de las diez, de haberlo hecho estaría profundamente dormida, inconsciente como prefieren que esté.

Estoy encerrada entre paredes blancas pero mi mente es libre, más libre que cuando llegué aquí.

Quieren convencerme de que todo lo que vivo está solo dentro de mi cabeza, pero yo sé que él es real. No se trata de una estrella fugaz que pasa y desaparece, su luz es permanente y su energía se siente en cada poro de mi piel.

No lo he visto por lo que para mí es una eternidad; pero hemos hablado mucho. Hemos confesado verdades y miedos.

No puedo compartir esto con nadie, porque confirmarían su teoría de que me estoy volviendo loca y seguramente la pastilla azul vendría acompañada de la pequeña píldora blanca que se encarga de borrar hasta el último recuerdo.

Para escapar debo ser más inteligente que ellos. Si piensan que tienen el control voy a tener más libertad. Tal vez salir unas horas y volver sin que nadie sepa lo que hago.

Todavía estoy puliendo el plan, pero la sola idea de volverlo a ver me hace pensar en cometer el crimen perfecto. Voy a hacer lo que sea necesario, él me necesita, yo lo sé.