SIETE

41 7 0
                                    

Janu sale azotando la puerta tras de sí.
—Vamos a la Isla de los pescadores, por favor. —Corro detrás de él.
—Estás loca, Selá!
—Eso dicen —respondo y los dos compartimos una discreta sonrisa.
—No puedo llevarte, se supone que ya deberías estar de vuelta. Podrían avisarle a tu hermana.

Odio que tenga razón.
—Está bien, pero prométeme que mañana iremos.
—En serio crees en lo que te dijo la bruj... tu amiga?
—Elijo creer, Janu. Si no creo me muero.

Cruzo la puerta del Sanatorio con la cabeza pesada y los ojos a medio cerrar.

Luchando contra los efectos de la droga, me encuentro tratando de verlo en mis sueños.
Lo vi siete veces, siete! Qué me cuesta hacerlo una última vez.

No logro conectarme, así que repaso detalles de visiones pasadas.

El roce de su mano enorme y masculina sobre mis dedos desata una cadena de emociones que me sobrecoge. No necesita hablar, su mirada recorriéndome entera, basta para entender lo que quiere de mí.

No debe saberlo; pero desde hace días puedo sentir el calor de su cuerpo tan solo con cerrar los ojos. Él es un ser de fuego de esos que te marcan para toda la vida y yo llevo sobre mi piel las huellas de sus besos, de su aliento, de su olor.

Quisiera desaparecer todo y lanzarme a sus brazos. No lo quiero, lo necesito.

Cuestión de pielWhere stories live. Discover now