Cuestión de piel

1800

Magno toma mi mano y me lleva en dirección a la cocina.
Ha recuperado parcialmente su memoria; sin embargo, hay muchas piezas faltantes en la historia de su vida.
—Selá, quiero que me cuentes qué significa esto. —Saca una botella de 1800 que no ha sido abierta—, hace tiempo la compré, necesitaba hacerlo y no supe por qué.

Cierro los ojos e inhalo todo el aire que puedo preparándome para contar la historia. Me duele que no la recuerde; pero me alegra que no la haya olvidado por completo.
—Podemos —digo señalando la botella.
Magno asiente con la cabeza y abre el licor dejando escapar un aroma a frutas dulces y pimienta.
Creo que el olor y el sabor pueden ayudarlo a traer a la memoria todo lo que pasó aquel día.
—Necesito saber —insiste.
—Tú y yo llevábamos saliendo un par de meses y un día sin planearlo terminamos en un bar. Quisimos compartir algo diferente así que pediste una botella de 1800, dos vasos con hielo, limón y sal.
Me enseñaste a tomarlo bien frío y con calma para disfrutar su sabor.

Saca dos vasos del gabinete y decide repetir la receta.
—Continúa por favor, Selá.
—Charlamos de muchas cosas y lo que empezó siendo solo un beso se convirtió en una noche entera de...
Me callo de pronto porque sé que me estoy metiendo en un terreno del que no voy a poder salir.
Magno sirve dos tragos y hace un brindis: —Por ti, Selá y por esa noche que quiero recordar.
El sabor del Tequila blanco le ayuda a recuperar escenas de aquel encuentro.
Sonríe mojando sus labios: —¿En serio lo hicimos toda la noche?
Mis mejillas se pintan de un rojo encendido y junto con el reposado me bebo las ganas de revivir la experiencia.
—Y, ¿qué tal estuvo? —pregunta sin pena.
—No te lo voy a decir para no echarte a perder —respondo manteniendo una enorme sonrisa.
—Entonces lo tendremos que repetir —dice apretando sus labios con su mano.
«Ese gesto tan sexi debería ser ilegal» digo para mí, «lo hará a propósito?»