PROMESAS POR CUMPLIR

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Llega otro amanecer con su espacio vacío junto a mí. No importa cuánto tiempo pase, no creo llegar a acostumbrarme a los días sin él.

Su olor me acompaña y su presencia la llevo dentro, sin embargo; hay momentos en los que cambiaría todos mis suspiros por uno más de sus abrazos.

Cada día pienso en nuevas maneras de cargar con su energía por más tiempo; por lo pronto he encontrado la forma de enmarcar sus palabras para volverlas a escuchar cuando haga falta.

La sola idea de saber que nos volveremos a encontrar, se convierte en una previa excitante que me mantiene con vida.
—Prometo quedarme siempre contigo —digo convencida de que repetiría todo otra vez si la recompensa es despertar entre sus brazos.
—Prometo cuidarte, Selá —repite con su cuerpo húmedo chocando contra el mío.

Qué bien se siente ser una de sus promesas, esa promesa que hace sin esfuerzo, que le nace cuando cierra los ojos al anochecer.

Para mí, Magno es la prueba de que la felicidad te encuentra cuando estás listo para verla venir. Cuando dejas de estar distraído con la rutina disfrazada de estabilidad, cuando dejas de tener miedo a amar en grande y cuando le apuestas todo a esa electricidad que te recorre el cuerpo cada vez que ese alguien te toca la piel.

Cuestión de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora