DxD: nobleza dorada

058- Vinculación con la cuñada

Cuando desperté la cama estaba desprovista de carne. Quiero decir... la suegra se había ido. Ella es una persona rara, de hecho me llevó a una cita a un restaurante solo nosotros dos donde me habló sobre su vida, las familias del inframundo y muchas otras cosas. También me preguntó sobre mí y me llamó vago cuando dije que una vez dormi más de diez mil años.

Ella me mostró la belleza de los bikinis... No sé quién inventó eso, pero es un hijo de puta desagradable. Y también hizo un trabajo maravilloso.

Todavia no podia dejar de pensar en Fia, ¿qué está haciendo? Mis sentidos me dijeron que estaba hablando de un tema bastante acalorado con Grayfia mientras este último se preparaba para el banquete.

Mis brazos descansaban debajo de mi cabeza mientras miraba al techo, "Necesito ponerle a Grayfia uno de esos bikinis... plateado o rojo".

Creo que este mundo me está cambiando poco a poco; Estas cosas son bastante cómodas. No debería haber ningún problema en pedirle a Grayfia uno de estos colchones para volver a colocarlos en mis tesoros en Goldstein.

Mis sentidos se extendieron y vi a todos comenzar sus preparativos para el banquete que sería mañana. Me acosté perezosamente y hice la transición a mi forma humana, y ahora me di cuenta de que había jodido el último traje que llevaba puesto.

Esa cosa se ve bien pero es muy incómoda.

'¿Qué debo hacer con estos demonios, eh?" Pensé... Grayfia y Fia. Madre e hija. No hubo ninguna mujer que alguna vez quise que no pudiera conseguir... incluso mientras estaba con Monique ella lo aceptó.

Sin embargo... nunca he estado con una mujer y su madre también... o con una mujer y su hija. Ciertamente se siente emocionante, 'Fia... ¿qué voy a hacer contigo? o A ti-

No parece que las cosas vayan a ser pacíficas en este banquete. Si no fuera por Grayfia, no me molestaría... ella también quiere hablar con este tipo Ajuka sobre nuestro problema. La verdad es que no sé qué hacer con ese problema, por más que intento canalizar mi fe, no puedo sentir a Helio al otro lado, si siento algo de oro... pero claro, es una sensación difícil de describir. Como una pequeña brisa que entra a una habitación desde un lugar desconocido, un agujero inmensamente pequeño que no puedo percibir.

Mi única idea hasta ahora es usar más de mi poder para ampliar de alguna manera ese todo con el flujo de la fe y el oro primordial. Pero para poder usar más energía, necesito liberarla en alguna parte. Si lo hiciera en este inframundo, pereceria... transformado en oro de adentro hacia afuera. Además, no será sólo el inframundo. Este universo es tan pequeño que podría quedar completamente sumergido junto con todas sus dimensiones paralelas.

Si lo hago en la brecha dimensional... esa es mi única apuesta. Habría esperado que la nada desbordante allí se tragara mi poder cuando lo libere, permitiéndome concentrarme en ese pequeño agujero para señalar su ubicación, pero la fuerte fe que recibo del oro primordial lo impide.

La fe ilimitada permite que mi oro rechace otros conceptos como destrucción o creación. De ahí que se piense que destruye. Mi oro difícilmente podría romperse, doblarse, separarse... pero es extremadamente difícil destruirlo, quemarlo.

Ether no puede crearlo, Crush no puede destruirlo... esa es mi autoridad. La nada no va a ser diferente.

'Si esos dos dragones se unen... entonces tal vez...' Pensé en esas dos hembras que encontré en la brecha dimensional. La niña y la enorme dragona. Son Diosas Dragón, según la información de Grayfia, una de ellas representa el infinito mientras que la otra representa los sueños. Si son ellos, tal vez... puedo decir que la niña estaría dispuesta a ayudar.