4O : felicidad compartida.

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Lisa avanzó tan pronto como pudo al ver a su alfa. La preocupación de lo que podría haber pasado en esa conversación la tenía con los sentidos en alerta, mas al mirarla calmada y con una leve sonrisa en el rostro, la tranquilidad empezó a posarse en su organismo.

—¿Cómo estás, cariño? ¿Te hizo algo? —fueron una de las tantas preguntas que dijo Sandara puesto que ella sí se adelantó y la omega menor decidió darles su espacio.

—Estoy bien, mamá. Ya aclaré todo lo que necesitaba. —se dejó abrazar mientras JiYong llegaba a ellas y ella observaba a Lisa con ojitos de adoración.

Resulta que la pareja mayor había decidido acompañarlas. Sandara se rehusaba a esperarlas en casa. Estar cerca de su cachorra le daba más confianza y si a esa señora se le ocurría hacer algo, ella no dudaría en enfrentarla.

—Ya, no es como si hubiera encarado a un criminal peligroso. —ironizó mientras rodaba los ojos, recibiendo un beso en la frente por su progenitora.

—Estoy muy orgullosa de ti. —le susurró para que solo sea escuchada por ambas. La loba de la alfa se alzó en orgullo y ella fue ahora quien la abrazó para darle un casto beso en la sien.

—Aprendí de la mejor.

Lisa estaba maravillada con lo que acontecía frente a ella, su corazón estaba en calma y no pudo reprimir que las comisuras de sus labios se alzaran sutilmente.

—Y bien... ¿A dónde vamos? —animó Rosé, pasando hasta quedarse al lado de la castaña y rodeando su cintura.

—El más emocionado es él, parece un bebé.

—Tengo planeado muchas cosas —aplaudió feliz el alfa—. Ahora es mejor ya que tu mamá andaba con los nervios al mil y nuestro lazo empezaba a picar.

Sandara se sonrojó, pues el tema de la marca ya se había dado, no obstante, aún se sentía como una joven enamorada. Todos tomaron hacia la entrada de aquel inmenso centro comercial, respectivamente con sus parejas pero con esa misma aura de comodidad y paz.

—¿Por qué no me llamaste? —inquirió Lisa mientras balanceaba sus manos entrelazadas.

—Todo estaba yendo con normalidad —se encogió de hombros—. Pensé que escucharía mejores fundamentos de ella, pero creo que lo que hizo no tiene alguna buena justificación en realidad.

La omega se detuvo en frente de Rosé, aprovechando que Sandara y JiYong se encontraban en la fila para comprar las entradas del cine.

—¿Cómo estás entonces? —habló suave, prestándole toda su atención.

Uhm... Quizás no a un cien por ciento al ser reciente. Pero no dudes que esa etapa en donde me encerraba yo misma y me negaba a sentir algo por una omega, acabó hace mucho —bromeó, abrazándola por la espalda y posando su mentón en el pequeño hombro—. Tengo a las personas que amo —unió ambas manos a la altura del abdomen de la omega y dio una leve mirada a la pareja mayor—, y son mi mayor motivación ahora. Es una felicidad compartida.

Lisa acarició la mejilla de la alfa con ternura. Ambas caminando en esa posición hasta ingresar a una de las salas. Había muchas personas alrededor que las miraban con dulzura, ellas tan solo iban perdidas en su propia burbuja.

***

—¿Se puede saber por qué escogiste esa película? ¡Odio las de terror! —exclamó Sandara horrorizada, frunciendo el ceño al escuchar a JiYong reír—. No es gracioso.

—Fue una buena excusa para poder abrazarte. ¿Quién es la bebé ahora?

Le dio una sonrisa altiva mientras se cruzaba de brazos y la omega estuvo a nada de enfurruñar. Se vio interrumpida al ver a las más jóvenes recién salir de la sala.

la princesa y la plebeya. | chaelisaWhere stories live. Discover now