𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍 ~ 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍𝐒 𝐗 𝐑𝐇𝐄𝐀 𝐑𝐈𝐏𝐋𝐄𝐘 ; 𝐖𝐖𝐄

𝐓𝐎𝐖 |𝟓𝟖

𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐎𝐌𝐍𝐈𝐒𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄

—¿Qué le pasó? – le preguntó Rhea a Roman cuando entraron a la casa de la latina.

—Solo se quedó dormida durante el camino, la llevaré a su habitación para que esté más cómoda.

—Yo la llevaré.

—No tiene sentido si ya la tengo en mis brazos.

—Pero...

—Rhea – le interrumpió Dom.

—Está bien – respondió, no muy convencida.

Quizás más bien celosa, pero ¿de quién? ¿De Roman o de Maddy? Los vio alejarse, o más bien lo vio alejarse con la castaña entre sus brazos.

—¿En serio? ¿Qué excusa fue esa? – le preguntó Maddy una vez que Roman cerró la puerta de la habitación.

—Fue lo único que se me ocurrió.

—Ya veo – respondió divertida, para luego dejar un beso en el cuello del samoano.

—¿Serás silenciosa, verdad?

—Trataré de serlo, aunque me gusta gritar mucho – sonrió mirándolo.

—Maddy – sonrió ladino mientras la miraba directamente a sus ojos color miel.

—Solo digo la verdad – le guiñó un ojo para luego depositar un beso en la mejilla derecha del campeón.

La castaña apartó algunos mechones de su cabello que se vinieron hacia enfrente y en el proceso acarició suavemente sus mejillas. Él samoano dejó un beso en su mano, la chica bajo sus manos tomando el filo de la camisa que cubría el cuerpo del pelinegro y solamente metió sus manos por debajo de su camisa dejando leves caricias en su abdomen marcado. Roman comenzó a soltar leves gruñidos cuando la latina hizo un camino con sus dedos hacia sus pectorales y fue entonces que ella misma lo silenció con un beso. Los dos se besaron por varios minutos, sin detenerse ni siquiera a respirar. Roman había encontrado una adición en los besos de la chica y se había dado cuenta ya que no conocía a nadie que lo bese mejor que ella.

—¿Estás segura de querer hacer esto? – le preguntó.

—Aprecio mucho que lo preguntes, pero si, si quiero hacerlo – respondió para luego volver a besarlo.

—¿Estás bien? – le preguntó cuando la chica se quejó.

—No sabía que fueras un vampiro – dice al sentir un sabor metálico en sus labios.

—Solo en ocasiones – dijo mientras baja los tirantes del top que usaba la chica.

—Ya veo – murmuró con una sonrisa. —Si continuas haciendo eso solo vas a lograr que yo me quede dormida – comentó cuando sus ojos se cerraron al sentir las caricias. —Joe – jadeó y eso fue lo que Roman estaba buscando.

—¿Me llamarás así? – pregunta él con una sonrisa.

—¿Prefieres que te llame por el nombre de tu personaje? – le preguntó.

—¿Podrías referirte a mí de una manera más... original, quizás?z

—¿Qué te parece "papi"? ¿Te agrada? – le preguntó.

—Me parece genial, sobre todo si lo dices en español –respondió, llevando sus caricias a los pechos de la chica, los cuales sobresalían un poco de sus manos por lo grandes que eran. —Joe, alguien podría entrar.

—Cerré la puerta con seguro.

—Astuto.

—En eso me parezco a ti.