𝐓𝐎𝐖 |𝟖𝟏

100 16 82
                                    

𝐑𝐇𝐄𝐀 𝐑𝐈𝐏𝐋𝐄𝐘

Observaba a Maddy guardando ambos campeonatos en su maleta, la contemplaba en silencio mientras tarareaba una canción que seguramente había compuesto ella misma. Aunque moría por preguntarle, no lo hice porque sabía lo mal que estábamos en este momento. Rápidamente aparté la mirada cuando me miró a través del espejo, me sentía como una niña que experimentaba su primer enamoramiento, que en realidad era lo que estaba sucediendo, ya que nunca antes me había sentido atraída por alguien de mi mismo sexo.

—¿Vamos a un bar o a cenar? – preguntó Damian.

—Tengo mucha hambre – sonreí al verla hacer un puchero.

—Siempre tienes hambre – le dijo mi mejor amigo.

—Tú siempre quieres emborracharte y nadie te dice nada.

—Prioridades.

—Si sigues así, acabarás en Alcohólicos Anónimos.

—Allí me tratarán mejor que tú.

—Ay, pobrecito, no sabía que te trataba como un perro arrastrándote por las patas.

—Casi.

—Deténganse, gallos de pelea – les dijo Dominik.

—Tú cállate – abrí sorprendida mis ojos al escuchar a Damian reprenderlo. —¿Qué? – preguntó al notar mi mirada.

—¿Qué fue eso?.

—Solo quería ser yo quien lo callara esta vez.

—Pobrecito Dominiko – dijo Jimmy, y escuché la risa de Maddy.

—Pensé que era la única que le decía así.

—Pues pensaste mal, preciosa.

—No, deja de sonreírme así – la escuché renegar y vi cómo se escondía detrás de Roman para no ver a Jimmy.

—¿Te enamoras de mí si te sonrío así?.

—Ay, qué sueño tienes, eres casado Jonathan y lo mejor es que respete a su esposa antes de que te la quite.

—¿Qué? – preguntó este. —No serías capaz.

—No me pongas a prueba.

—¿Qué haces? – le preguntó Roman cuando ella subió a su espalda.

—No quiero caminar y tu espalda es muy grande y cómoda.

—Ni que fuera una cama.

—Pero podrías.

Aparté mi mirada cuando los vi a ambos tan cerca y cómo se sonreían, suspiré apartando todos esos pensamientos de mi cabeza.

—¿A dónde vamos a cenar? – pregunté.

—A un restaurante – me respondió Solo.

—Muy gracioso – dije fastidiada.

—¿Qué tal pasta? – preguntó Maddy.

—No estamos en Italia – le dijo Jey.

—Bueno, entonces podemos ir a Waffle House – dijo rodando los ojos.

—Esa idea es buena.

—Claro, Jey – dije yo.

—Ya ves, ella apoya mi decisión.

—Fue sarcasmo.

—Ya me había emocionado.

—Iluso – dijimos ambas al mismo tiempo.

𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍 ~ 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍𝐒 𝐗 𝐑𝐇𝐄𝐀 𝐑𝐈𝐏𝐋𝐄𝐘 ; 𝐖𝐖𝐄Where stories live. Discover now