𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍 ~ 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍𝐒 𝐗 𝐑𝐇𝐄𝐀 𝐑𝐈𝐏𝐋𝐄𝐘 ; 𝐖𝐖𝐄

𝐓𝐎𝐖 |𝟖𝟎

𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐎𝐌𝐍𝐈𝐒𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄

Maddy estaba sentada entre las piernas de Finn mientras él descargaba el videojuego que la chica había comprado por la tarde. Sus compañeros habían cenado con ellos y luego se habían ido a un bar cercano para darles privacidad. Aunque Rhea y Roman se quejaron al principio, al final fueron arrastrados por el resto de sus compañeros.

—¿Qué estás haciendo? – le preguntó Finn a Maddy.

—Dibujando – dijo ella con una sonrisa mientras borraba unos trazos que había hecho.

—¿Qué estás dibujando?

—A mí misma.

—¿A ti misma? – preguntó confundido.

—Es como una viñeta de un videoclip para una canción que compuse.

—¿Puedo escucharla?

—No, no creo – respondió.

—¿Por qué?

—Es una canción bastante personal y aún no sé si la lanzaré.

—Está bien – no insistió más.

—¿Ya lo descargaste?

—Sí, está listo, ¿jugamos?

—Te ganaré.

—Eso está por verse – dijo riendo mientras le entregaba el otro control.

—Voy a recoger las lágrimas que derramarás por perder.

—Si tú lo dices – dejó un beso en su cabeza.

Ambos comenzaron la partida, y jugar al Call of Duty era algo que Bálor disfrutaba, pero ahora, con Maddy y lo competitiva que era, le hacía disfrutar aún más. Después de varias partidas, con Maddy ganando la mayoría de ellas, decidieron poner el WWE 2k23 y Bálor se rió durante las partidas cuando Maddy escogía su propio avatar y la latina festejaba al ver cómo le ganaba a Finn.

—Deberíamos luchar mano a mano.

—¿Te volviste loca? – le preguntó incrédulo.

—Ya hemos luchado.

—Sí, Maddy, en un videojuego.

—No creo que sea tan complicado.

—No te golpearé.

—Uy, qué chiste.

—¿Eso fue un doble sentido? – le preguntó.

—Tal vez – sonrió mirándolo.

—¿Tal vez? – cuestionó.

—Ajá – sonrió mientras se acercaba peligrosamente a él.

—Maddy...

—¿Sí? – le preguntó inocente.

—No voy a caer en tu provocación.

—¿Te estoy provocando?

—Sunshine...

—¿Dime?

El irlandés se sorprendió al ver cómo la chica se sentaba sobre sus piernas y empezaba a moverse encima de él. La latina sonrió al escuchar la respiración entrecortada de Finn y, antes de que pudiera decir algo, lo besó. Finn Bálor correspondió gustosamente al beso de la texana, a pesar de que al principio había afirmado que no caería en su provocación; tristemente no pudo contenerse y llevó sus manos a la cintura de la chica para ayudarla con sus movimientos. Maddy sonrió entre el beso y deslizó sus manos por el borde de la camiseta que llevaba puesta su compañero, con cuidado de no lastimarlo la levantó lentamente hasta dejar al descubierto el abdomen del irlandés.