𝐓𝐎𝐖 |𝟔𝟑

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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐎𝐌𝐍𝐈𝐒𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄

—Eres preciosa – las mejillas de Maddy se ruborizaron.

—Rhea – intentó cubrir su cuerpo con las manos.

—No, eres hermosa, tienes un cuerpo digno de una diosa y no deberías avergonzarte de él.

—¿Tan romántica eres?.

—Oh, cállate, no arruines el momento.

—¿También eres agresiva y sacas a relucir tus fetiches o no tienes fetiches? – preguntó.

—Los tengo, pero los dejaremos para después.

—¿Después? Ya lo hemos hecho cuatro veces.

—Sí, y ya oscureció.

—Tenemos que irnos.

—Roman puede esperar.

—¿Y el pastel? – preguntó la latina.

—Ese me lo estoy comiendo – sonrió cuando la chica debajo de ella gimió al sentir sus piernas contraerse.

—Rhea...

—Uno más – dijo la australiana con una sonrisa orgullosa.

—Mami – la pelinegra pudo ver cómo los ojos de la otra se ponían en blanco al experimentar esa sensación de placer.

—Ahora me toca a mí – dijo acostándose en la cama y sonrió cuando la castaña también se acostó para estar a la altura de su feminidad.

Comenzó su labor besando delicadamente sus muslos y recorriendo un camino hasta su intimidad, donde depositó un suave beso en su centro y se dispuso a jugar con su cordura, debatiéndose entre introducir sus dedos o su lengua en ella.

—Oh, Maddy – la texana sonrió satisfecha al escuchar a Rhea.

—Lo tomo como una señal para continuar – dijo antes de introducir dos de sus dedos e invitar a su lengua al juego.

—Con suavidad – la australiana arqueó su espalda, aumentando la fricción entre ambas.

Sus piernas apretaron la mano y la cabeza de la chica que aún se encontraban cerca de su feminidad. Después de unos minutos y movimientos, la latina recibió todo lo que la pelinegra le ofreció al alcanzar el clímax por quinta vez en la noche, y sí, una vez más después de las cuatro veces anteriores durante el día.

—Esta es la décima llamada que recibimos – se quejó Rhea al escuchar los dos teléfonos sonando.

—Creo que debemos irnos – dijo Maddy mientras dejaba un beso en el cuello de la australiana.

No replicó, solo le sonrió y cerró sus piernas para luego levantarse ambas de la cama y ponerse la ropa interior, seguida del resto de su vestimenta.

—¿Crees que estarán molestos? – preguntó Rhea con una sonrisa.

—No lo sé – respondió la latina antes de besar los labios de la chica.

—¿Y si lo están?

—Ya se les pasará – jadeó al sentir una palmada de Rhea en uno de sus glúteos.

Maddy sonrió divertida y se sentó en las piernas de Rhea, quien la miraba con una sonrisa juguetona en los labios. La castaña se inclinó para besar los apetitosos labios de la pelinegra frente a ella.

—Dijiste que debíamos irnos – dijo Rhea sobre los labios de la chica.

—Sé lo que dije, pero no puedo resistirme a besarte después de todo lo que hicimos – sonrió mientras Rhea acariciaba sus glúteos bajo la tela de la falda que llevaba.

𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍 ~ 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍𝐒 𝐗 𝐑𝐇𝐄𝐀 𝐑𝐈𝐏𝐋𝐄𝐘 ; 𝐖𝐖𝐄Where stories live. Discover now