El magnate culinario

Capítulo 63

Cuando regresaron a casa, Yu Qingze le contó al abuelo Chang sobre su plan de quedarse en la tienda. Ahorraría tiempo y le permitiría vigilar la tienda.

Chang Le también mencionó que se quedaría en la tienda y visitaría su casa cada pocos días. No podía dejar que el hermano Yu se encargara de todo solo y trabajara tan duro.

El abuelo Chang estuvo de acuerdo.

Yu Qingze inicialmente no estuvo de acuerdo, pero Chang Le insistió, diciendo que si no estaba de acuerdo, igual iría a la tienda cada medianoche. Sería aún más peligroso y agotador para un joven ger caminar solo por la noche. Yu Qingze, naturalmente, no permitiría que eso sucediera, por lo que aceptó de mala gana.

Al ver que su discusión llegaba a su fin, Chang Hao pareció sin palabras y suspiró por su propio estómago y boca.

Su hermano y su hermano Yu se iban a quedar en la tienda, lo que significaba que no habría comida deliciosa para él y su abuelo todos los días...

Pero también sabía que si su hermano y su hermano Yu no tuvieran que viajar de un lado a otro todos los días, no estarían tan cansados. Entonces él no dijo nada. No podía soportar verlos exhaustos todos los días.

De lo contrario, ¿debería intentar aprender a cocinar también? Había estado observando durante tanto tiempo que debería poder hacer algo más sabroso que antes, ¿verdad?

El joven reflexionó con la barbilla apoyada en la mano, preocupándose por su estómago vacío y el del abuelo.

Esa noche, Yu Qingze y Chang Le empacaron algo de ropa y artículos necesarios y se prepararon para llevarlos a la tienda a la mañana siguiente.

Al día siguiente, todavía se despertaron temprano y los tres partieron juntos hacia la tienda.

Al verlos cargando bolsas, la madre del hermano Chang les preguntó al respecto. Yu Qingze le informó que él y el hermano Le se quedarían en la tienda y le aconsejó que se fuera al amanecer por razones de seguridad.

La madre del hermano Chang aún expresó preocupación: "¿Podrán ustedes dos manejar todos los diferentes tipos de dim sum? ¿Quizás debería ir temprano?"

Yu Qingze sacudió la cabeza y dijo: "No es necesario. Podemos manejarlo. Puedes salir al amanecer, es más seguro".

La madre del hermano Chang estuvo de acuerdo.

El segundo día de la apertura de la tienda, Cai Chenxi llegó temprano con Cai Yunwei.

Yu Qingze notó que la frente de Cai Yunwei estaba sudorosa, jadeaba y tenía la cara sonrojada. Él preguntó: "¿Corriste hasta aquí?"

Cai Yunwei todavía estaba tratando de recuperar el aliento mientras se apoyaba en el mostrador de Yu Qingze.

Cai Chenxi asintió y respondió: "Sí, mencionaste que Yunwei debería levantarse por la mañana para trotar y hacer ejercicio. Como ya estábamos corriendo, decidimos venir a desayunar también".

"..." Yu Qingze señaló el patio trasero y dijo: "Ve a lavarte al patio trasero. No puedes desayunar ahora. Espere a que el Segundo Joven Maestro descanse un rato y recupere el aliento antes de comer; de lo contrario, podría ahogarse".

Cai Chenxi asintió y llevó a Cai Yunwei al patio trasero para refrescarse y descansar.

Había un árbol de osmanthus en el patio trasero y debajo del árbol había una mesa de piedra. El paisaje era bastante agradable, así que los dos se lavaron y se sentaron en el patio trasero a descansar.

Delante, muchos clientes habían venido a desayunar. La mayoría eran los que habían venido ayer a probar la comida, y algunos vinieron con sus familias, jóvenes y mayores, para disfrutar de una comida juntos.