Capítulo 8: Cumpleaños

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—¡Feliz cumpleaños, bonito! —exclamó Mía un año atrás abalanzándose sobre mí a la salida del colegio, antes de besarme. La había ido a buscar ya que ese año yo había entrado a la universidad y a ella todavía le quedaban dos años para graduarse—. No puedo creer que mi novio ya tenga dieciocho. ¡Estás grande!

—Ahora puedo ir a la cárcel si hago algo malo o si soy novio de una menor de edad —bromeé y acaricié su nariz con la mía. Qué irónico que ahora esté recordando ese momento desde el mismo lugar que en ese entonces parecía tan imposible.

—No seas aguafiestas, nunca irás a la cárcel porque eres más bueno que el pan, a pesar de parecer un chico rebelde.

Cuando cumplí dieciocho años, Mía estaba más emocionada que yo y lo demostró al abrazarme en frente de todos sin importarle nada. En ese momento, aún no nos mostrábamos muy cariñosos en público debido a que una vez que terminó su relación con Ethan, la gente comenzó a hablar muy mal de ella, así que para evitarle eso decidimos ser novios «fuera del colegio». Estuvimos casi un año ocultándonos, pero ese día en frente de todos me besó como nunca antes lo había hecho y obviamente le respondí el beso como corresponde aprovechando la situación, si a ella no le importaba lo que dijera o pensara la gente, entonces a mí menos.

—Sí, mi novio está de cumpleaños —dijo a los chismosos que estaban ahí, al separarse de mí—. Ahora vayan a preocuparse de sus vidas que de la nuestra nos preocupamos nosotros.

Y ahí me volvió a besar, ante la mirada sorprendida de algunos y las exclamaciones de otros.

***

Tres meses. Llevo tres putos meses en este lugar y estoy seguro de que en cualquier momento enloqueceré. No estoy solo, me he hecho un par de «amigos» aquí dentro que son los que hacen un poco más soportable todo eso. Desde el día en que golpeé a Mathews no he vuelto a llorar, no sé mi se me acabaron las lágrimas o si simplemente una parte de mí las bloquea.

Los primeros meses seguí viéndome involucrado en problemas, seguí metiéndome en peleas y a pesar de recibir golpes, por lo general, mi oponente quedaba mucho peor ya que descargaba todo mi dolor en eso. Con el tiempo descubrí que eso no me llevaba a ningún lado y simplemente me aburrí de meterme en problemas, yo no soy así y mi bonita habría estado muy decepcionada de mí si hubiese visto en lo que me estaba convirtiendo. También, durante el primer mes tuve mi juicio, en el cual Sarah Hamilton me hizo quedar como culpable para el mundo de la muerte de Mía por lo que nunca saldré de aquí y cuando digo nunca es nunca, tengo cadena perpetua al igual que Pancho. Lo único que me tranquiliza un poco es que nos llevamos bien.

Hoy es mi cumpleaños y es una suerte que nadie aquí lo sepa porque no estoy de ánimos para «celebrar», si es que se puede llamar así a lo que hacen aquí. Hace un año, en este mismo día gritamos a los cuatro vientos que estábamos juntos y ahora ella no está conmigo. No puedo creer que ya hayan pasado tres meses y aun así el dolor se mantiene constante. No se ha ido ni un poquito, pero al menos creo que estoy aprendiendo a vivir con eso.

—Alex —Gosling interrumpe mis recuerdos y levanto mi cabeza de la almohada para mirarlo—. Theo te necesita hacer un chequeo.

—¿Chequeo? ¿Por qué? — pregunto extrañado, Theo me sigue haciendo chequeos aunque ya hayan pasado los meses críticos después del accidente, pero este me sorprende ya que él me había dicho hace unas semanas que ya no iba a ser necesario hacerse más.

—No sé, dijo que es lo de siempre. Por el accidente y eso.

—El accidente fue hace tres meses, Ron.

Cuando la volví a encontrar (VR#2)Where stories live. Discover now