Capítulo 46: Carta de despedida

1.8K 180 9
                                    

Comer. Dormir. Planear cómo rescatar a Mía sin éxito. Repetir.

Durante los siguientes tres meses son las únicas cosas que hago, no lloro más porque no voy a salvarla llorando como un bebé, debo hacer algo y sé que me he demorado pero es que pareciera que se la ha tragado la tierra. Se me hace imposible contactarme con Kate o con Ben porque sé que los están controlando y papá llamó para contarme que el bosque fue completamente destruido hasta que encontraron nuestro lugar secreto, el cual también destruyeron.

Me duele en el alma saber que el lugar en donde compartimos tantas cosas maravillosas ahora se reduce a cenizas pero sé que podremos encontrar otro, me da igual en dónde estar si estoy con ella. Lo que me lleva al principal problema... No sé dónde mierda la tienen.

Un día antes de mi cumpleaños vuelvo a la casa de mamá, tengo más cuidado que cualquier día porque aún recuerdo lo que decía mi archivo, se supone que hoy debo morir o más bien, me debo suicidar, lo que es estúpido ya que jamás abandonaría de esa forma a mi bonita. Menos si eso significaría dejarla para siempre bajo el control de Sarah. Me quedan muchas cosas por hacer, no me rendiré tan fácil.

Cuando entro a la casa, mamá está desesperada llorando en el sillón, no imagino qué puede haberle pasado pero apenas me ve se levanta y corre a abrazarme.

—Perdóname, hijo —solloza en mi hombro—. No tuve opción.

Comienzo a mirar hacia todos lados en busca de policías ya que esa frase siempre viene acompañada de malas noticias y me extraña que nadie aparezca. Si no me entregó, ¿entonces, qué?

—¿Perdonarte por qué?

—Sarah estuvo aquí, rastreó tu teléfono. Está más loca cada día, al negarme a decirle dónde estabas, me obligó a decirle a Mía que tú...

Se ahoga con el llanto y yo me comienzo a desesperar.

—¿Qué le dijiste?

—Que estabas muerto.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo que te obligó?

—Tenía un arma apuntando a la cabeza de Fred y uno de esos hombres nos amarraron a las sillas —apunta hacia la sala y veo las cuerdas rotas—. Luego ella se fue, dijo que cuando Mía llamara debía decirle que habías muerto o uno de sus matones dispararía a Fred y te buscarían a ti hasta asesinarte. No pude negarme, Alex. Lo siento tanto.

—No te disculpes —la abrazo porque en verdad está destruida y sé que no es su culpa, soy consciente de que si apuntaran a Mía con un arma yo haría todo lo que me dijeran para salvarla—. Hiciste lo que debías.

—No puedo dejar de recordar su voz, parecía otra persona. Me partió el corazón escucharla.

—Debo sacarla de ese lugar, ahora.

—Eso es lo que ella quiere que hagas, espera unos días a que las cosas se calmen.

—No sé si sea capaz.

—Alexander, has podido esperar por meses, unos días no cambiarán nada.

***

Mi mamá se equivocó, estos dos días se han hecho mucho más largos que los anteriores tres meses, pero todo se complica aun más cuando Ethan aparece en la casa esta noche.

Mi primer instinto es amenazarlo con golpearlo hasta dejarlo inconsciente si no se retira en este mismo momento, pero luego dice que debo saber algo de Mía y sus ojos no parecen mentir, estuvo llorando, eso está claro y tiemblo porque ya sé que no son buenas noticias.

Cuando la volví a encontrar (VR#2)Where stories live. Discover now