Capítulo 41: Dolor

1.9K 183 7
                                    

Despierto porque la luz del sol me molesta, hace mucho que no despertaba así; cuando veo el reloj me doy cuenta de que son las seis de la mañana. Mi hermano mayor me está mirando desde el pequeño sofá.

—Papá me dijo que estabas aquí —dice y se acerca mientras me incorporo, nos damos un abrazo gigante. Lo extrañaba tanto.

—Me sorprende que estés despierto tan temprano —intento bromear con las pocas fuerzas que me quedan—. ¿Qué le hicieron a mi hermano?

—Sabes que aunque intentes ocultar tus sentimientos para parecer fuerte a mí no me puedes engañar.

—No va a volver —susurro y ya ni lágrimas salen, supongo que se me acabaron o algo así, pero duele como nunca.

—No sabes eso, ya se le pasará lo que sea que tenga y volverá.

—La conozco y no lo hará, se siente traicionada y la entiendo.

—No sé qué mierda hiciste pero sé que nunca te has caracterizado por darte por vencido. Si lo hicieras no estaríamos teniendo esta conversación.

—Le estoy dando un tiempo para que aclare su cabeza, pero no la dejaré sola, se lo prometí.

—Así se habla —me da una palmada bastante fuerte en la espalda—. Ahora, explícame cómo mierda escapaste de la cárcel y con Mía de la mano. Estoy impresionado y bastante orgulloso, debo reconocer.

—¿Recuerdas a Ben? —me mira confundido—. ¿Bradley? El hermano de Theresa.

—Sí, quisiera no recordar a la hermana pero claro que lo hago.

—Bueno, la cosa es que él me ayudó a salir, ayudó a Mía a entrar y nos encontramos casualmente.

—¿Casualmente?

—Te lo juro, nos estrellamos. Ni siquiera supe que era ella hasta que habló.

—Papá dijo que no recuerda nada.

—No lo hace y es por eso que se enojó conmigo. Le oculté que borraron su memoria a propósito.

—Yo te habría matado.

—Gracias por el apoyo, hermano —pongo los ojos en blanco—. Lo hice para protegerla, no quería verla sufrir.

—¿Qué harás ahora?

—Volveré al bosque y esperaré a que vuelva, si no lo hace iré a su casa.

—Estarías entregándote directamente a Sarah.

—Mientras a Mía le quede claro que haría cualquier cosa por ella es suficiente para mí.

Luego de que mi hermano se fuera a la universidad, busco un poco de mi antigua ropa en el armario y voy a la cocina, donde Tati me obliga a tomar desayuno. No tengo mucha hambre y en los últimos años mi comida ha sido en pocas cantidades por lo que no como mucho aunque no voy a negar que todo está delicioso.

Cerca de las doce, me despido de papá antes de volver al bosque, tengo la esperanza de que Mía me esté esperando allí aunque en el fondo sé que es casi imposible.

Tomo un taxi y cuando llego al bosque le pago con el dinero que me dio papa, siento que retrocedí un par de años; cuando me vestía de esta forma y papá me pagaba todo.

—¡Alexander! —me sobresalto al escuchar mi nombre y más aún cuando veo que es Dakota—. Te he estado esperando toda la mañana.

—No tengo tiempo ni ganas de hablar contigo.

Cuando la volví a encontrar (VR#2)Where stories live. Discover now