Extra II: Pérdida dolorosa [PT.1]

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Septiembre, 2046

Llego a casa después de un largo día en el taller, estoy trabajando ayudando a arreglar autos y motos, no es que tenga mucha experiencia pero el dueño pareció apiadarse de mí y me está enseñando todo lo que sabe, al parecer ayuda también que aprendo bastante rápido.

Mía está sentada en el sillón, parece tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera levanta la vista cuando entro ni se abalanza sobre mí como hace siempre que vuelvo. No sé qué podrá estar ocupando su mente pero parece que no estuviera ahí.

—¿Bonita? —levanta la vista confundida antes de reaccionar del todo y me doy cuenta de que algo no está bien—. ¿Qué pasa?

—Nada —fuerza una sonrisa y se levanta para abrazarme, aunque no tan efusiva como siempre—. ¿Cómo estuvo tu día?

—No cambies el tema, ¿qué pasa?

—Ocurrió algo totalmente inesperado —dice con un hilo de voz y yo la miro confuso—. No digo que sea malo, pero claramente no es un buen momento.

—Me estás asustando, ¿te despidieron?

—No.

—¿Entonces, qué?

—¿Tienes hambre? Muero de hambre, deberíamos preparar la cena.

—Mía.

Lleva su mano al bolsillo trasero de su pantalón y me muestra el pequeño aparato blanco con dos líneas rojas en la pequeña pantalla. Me quedo paralizado por unos momentos, definitivamente esto no me lo esperaba.

—Respira —ruega y yo vuelvo a la realidad.

—¿E-estás embarazada? —asiente y noto que tiene los ojos vidriosos también le tiembla el labio —. ¿Estás segura?

Saca otras dos pruebas de embarazo más, cada una con dos líneas y me las entrega.

—Sé que no es un buen momento —niega con la cabeza—... No es para nada un buen momento pero...

Comienza a llorar desconsolada y yo solo la puedo abrazar, creo que su llanto me toma por sorpresa casi tanto como la noticia.

—Todo estará bien, sé que no tenemos aún la vida que deseas o la que alguna vez te prometí pero quiero que sepas que saldremos adelante y ese bebé será el más feliz del mundo.

—Tenía tanto miedo de cómo reaccionarías —reconoce en medio de un sollozo y se pega más a mí—. Esto de tener que escapar siempre no es lo que hubiese querido para mi hijo, pero sé que es necesario. Prefiero eso mil veces a que crezca cerca de Sarah y lejos de ti, tampoco yo podría volver a estar lejos de ti.

—Te prometo que las cosas pronto se arreglarán, no te darás ni cuenta y tendremos nuestra casa, llena de niños felices y sin el miedo de tener que despertar a media noche para huir. Seremos felices, lo sé.

—Vas a ser el mejor papá del mundo, de eso estoy segura.

—Y tú, la mejor mamá.

—Tengo miedo de no ser lo suficientemente buena, ya sabes cómo es Sarah. ¿Qué pasa si soy igual de mala madre?

—Créeme que aprendiste más cosas de la señora Gina que de ella, y sabes que la señora Gina de haber tenido hijos, habría sido una madre increíble.

Eso parece tranquilizarla y comienza a dejar de llorar, doy un suspiro aliviado ya que aunque la conozco hace tanto tiempo aún me cuesta mantenerme en calma cuando veo a mi bonita llorar, verla tan indefensa me destruye.

Cuando la volví a encontrar (VR#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora