Capítulo 44: Volver a perderla

1.8K 185 9
                                    

He pasado varios años de mi vida en este bosque, tantos como para darme cuenta cuando algo anda mal. Vamos corriendo entre los árboles pero tengo un presentimiento de verdad malo y no es hasta que siento una rama romperse detrás de nosotros que me doy cuenta de que no logramos escapar del todo. Tendría que ser estúpido para creer que Sarah nos dejaría en paz ahora que lo sabe todo. Es probable que nos haya dejado escapar para seguirnos y encontrar nuestro lugar, no deberíamos haber venido aquí. Soy un estúpido.

Me detengo de golpe y le tomo la mano ante su mirada confundida. Intento poner cara de tranquilidad aunque sé que no funciona para nada.

—Ve a casa —pido mientras le muestro una sonrisa más falsa que Sarah Hamilton—, tengo que hacer algo rápido y voy.

—¿Por qué no puedo ir contigo?

— Porque solo llevas ropa interior y no me gustaría que nadie, aparte de mí te viera así. No me demoro nada, de verdad —le doy un beso ya que no sé si alguna vez volveré a hacerlo, quiero recordarla para siempre—. Te amo, no lo olvides.

—¿Por qué siento que te estas despidiendo?

—Por que ahora nos separaremos y nos despedimos —intento que mi voz suene firme pero tiembla al final—, luego en casa nos daremos un beso de saludo.

—No me estás mintiendo, ¿verdad? Prometiste que ya no me mentirías más.

Niego con la cabeza, aguantando las lágrimas con todas mis fuerzas. Debo salvarla, no puede darse cuenta o no me dejará hacerlo. La vuelvo a besar y ella comienza a correr en dirección hacia la casa.

Una vez que desaparece entre los árboles me doy la vuelta y espero a mi oponente, quien no tarda en aparecer. Nos estaba escuchando.

—Adorable —se burla, enseguida noto que lleva una pistola en la mano derecha—. Al parecer sí estás dispuesto a hacer todo por Mía, debo decir que me sorprendiste, Alexander. A lo mejor no eres tan parecido a tu padre como pensé.

—No voy a hablar de mi padre contigo —respondo furioso pero ella sigue sonriendo.

—Veo que dejamos las formalidades, muy bien, ya me estaba aburriendo —levanta su mano derecha y antes de que pueda hacer algo tiene la pistola apoyada en mi frente, comienzo a temblar pero no le demuestro el miedo que me produce—. Así está mejor, hay que ponerle un poco de emoción a la vida, ¿no crees?

—¡Dispara! Sé que no te temblará la mano. ¡Hazlo!

—Resulta que me sirves más vivo que muerto, Ford.

—Si te sirvo más vivo entonces deja en paz a Mía para siempre y me entrego.

—¡Acá las reglas del juego las pongo yo! —ruge y presiona aún más el arma, un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Creo que nunca he estado más cerca de la muerte que ahora. Así que al final no moriría de suicidio, aunque no me extrañaría que ella se las arreglara para decir que fue así—. Voy a cortar el problema de raíz. Nunca me agradaste Alexander, eras una versión empeorada de tu padre y nunca quise eso para mi hija.

—No sé cómo te da la cara para decirle hija.

Creo que esas son las palabras que hacen que se decida a apretar el gatillo pero una voz la detiene y me quiero pegar el tiro yo mismo al escucharla.

—¡Basta! —grita Mía saliendo de detrás de un árbol, no sé cuánto tiempo llevará escuchando.

—¡Mía, no! —le suplico pero sé que es inútil.

—¡Déjalo en paz! ¡Me voy contigo pero déjalo en paz, por favor!

—Veo que aún funcionan tus neuronas.

Cuando la volví a encontrar (VR#2)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora