Capítulo 33: Primera vez

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Luego de unos minutos, cuando ya logro asimilar todo y por fin tranquilizarme, me decido a salir. No sé cómo mirarla a la cara y decirle que todo está bien, pero tampoco puedo llegar y decirle: «¿Sabes? Tu madre borro todos tus recuerdos a propósito y le hizo creer al mundo que estabas muerta para encerrarme». No sé si la haría sufrir más saber eso o que le mienta, creo que lo mejor será decirle la verdad, por más dolorosa que sea, prometí que siempre se la diría pero no estoy seguro de poder hacerlo esta vez.

—¿Qué pasó? ¿Te dijo algo de mí? —me duele ver esperanza e impaciencia en su mirada, no puedo hacer esto, no puedo decirle.

—¿Qué? No, todo está bien contigo —en estos momentos me estoy odiando—. ¿Vamos a casa?

—Sí, voy a pasar al baño un momento.

La quedo mirando mientras se aleja, ¡Dios! Son tantas las ganas que tengo de golpear algo que debo aferrarme con todas mis fuerzas al asiento para no hacerlo. Pasan unos cuantos minutos y comienzo a preocuparme porque Mía no regresa, espero un poco más y luego decido ir a buscarla, a lo mejor le pasó algo, los desmayos son demasiado frecuentes en ella por lo que me ha contado.

—Bonita, ¿por qué demoras tanto? —Pregunto mientras abro la puerta y me quedo paralizado al ver a las dos mujeres ahí paradas, juntas. Con un hilo de voz vuelvo a hablar—. ¡Dakota!

Esto no puede salir más mal y ahora no sé cómo mierda arreglar la situación.

—¡Vaya, vaya! —muestra su sonrisa más tóxica, la que me asegura que está planeando algo y no es nada bueno—. El prófugo, Alexander Ford con su secuestrada, Mía Hamilton juntos nuevamente. ¡Qué maravilla!

—¿Qué quieres, Dakota? —ya no me queda paciencia, tengo demasiadas cosas en la cabeza como para soportar a una ex novia loca, no ahora.

—¿Yo? Nada, solo quería saludar.

—Ya saludaste, ahora, adiós.

No soy mal educado, pero no podemos estar más tiempo aquí, la conozco y sé todo lo que es capaz de hacer y bien dicen por ahí que no es bueno juntar a la ex con la nueva novia, aunque esta es una situación extraña en que las dos vendrían a ser ex novias, solo que tengo la excusa de que con Mía nunca terminamos.

Saco a mi bonita lo más rápido de ahí y nos subimos a un taxi, le doy la dirección al taxista y siento la mirada de Mía fija en mí, esperando una respuesta que no quiero darle.

—Era mi ex —digo casi en un susurro, por el retrovisor veo la cara del señor como diciendo «si no quieres cagarla, no empieces por ahí, muchacho». Pero ya es demasiado tarde.

—¿Esa era tu ex novia? —al parecer no se lo esperaba, creo que hubiese sido mejor no haberlo dicho.

—Sí —respondo sin muchas ganas—, digamos que la dejé por ti y aún no lo supera del todo.

—¿Por mí? ¿Dejaste a esa chica que si postulara a Miss Universo ganaría sin dudas?

—La belleza exterior no es nada si no viene acompañada con otras cosas —no me gusta esta nueva inseguridad consigo misma, me costó mucho hacerla ver lo hermosa que era en el pasado—. Sí, Dakota es una de las chicas más lindas que he conocido pero no eres tú, tú eres más linda. ¿Te has visto al espejo? Eres la chica más hermosa por dentro y por fuera que voy a conocer en toda mi maldita vida, no cambiaría nada de ti y sé que muchos piensan igual —comienza a sonrojarse y le tomo la mano—. Y si es necesario, te lo recordaré cada día.

—Mmm... ahora entiendo por qué me odia.

—Nos odia a los dos. En todo caso, es mejor intentar no volver a encontrarse con ella, ya nos hizo demasiado mal en el pasado, junto con el idiota ese.

Cuando la volví a encontrar (VR#2)Where stories live. Discover now