Capítulo 30

2.1K 176 21
                                    


Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Capítulo 30

Camino detrás de Peeta observando su fuerte espalda, con tristeza me doy cuenta que jamás la había visto bien, ya que Peeta jamás me había dado la espalda, ya que cuanto me sentía cerca se volteaba para abrazarme o besarme. Acaso ya no seria de esa manera.

Intentaba analizar todo lo que hace un momento había pasado. Peeta pidiéndome que le dijera que lo amaba, yo intentando decirle mis sentimientos sin lograr colocar esas palabras en mi boca. Solo había logrado mover mis piernas para acercarme, intentando demostrarle todo por medio de acciones acariciando su rostro y besando su mentón. Me lanzó una mirada de suplica, podía notar que lo que quería y eso eran palabras, no besos, ni nada parecido. Deseaba que le dijera mis sentimientos y no pude.

De verdad era una completa estúpida. La razón del porque fui a buscarlo con Finnick era porque según yo le iba a decir lo que sentía por él. No entendia en que momento me acobarde, o más bien en que momento solo pensé en mi misma. Le había pedido perdón por no poder decir lo que quería escuchar. En serio tenia algo descompuesto dentro de mí, desde que mi Padre había muerto yo me descompuse. Nada había resultado como quería, Peeta estaba dolido y yo estaba peor y todo esto gracias a mi.

Me detengo al sentir como toma mi muñeca, la cual inmediatamente suelta. Su intención era que me detuviera porque varios autos estaban pasando, seguro se dio cuenta que mi cabeza andaba por otra parte. Como puede Peeta creer que no lo quiero ¿por qué no quererlo? es tan noble, bueno, atento, sonriente, justo, sabe hablar con las personas y ganárselas, este acto de preocuparse por mi es de los miles de detalles que ha tenido conmigo. Inclusive con todo lo que siente, piensa en otros antes que en él. No pude evitar sorprenderme cuando me propuso fingir que aun seguíamos de novios y todo para que Prim estuviera tranquila y siguiera con su atención médica. En ese momento en que me había propuesto fingir ser novios quería decirle tantas cosas y que fue lo único que salio de mi boca.

-- Gracias.

Solo un simple agradecimiento. Peeta se merece más que eso, mucho más. Quisiera lanzarme una flecha a mi misma y acabar con mi idiotez, pero no puedo porque no tengo un arco a la mano y debe de ser algo complicado dispararse a si misma.

En cuanto entramos al hospital las enfermeras lo saludan con alegría, él les dé vuelve el saludo de la misma manera. Es antes de llegar al cuarto de Prim que se detiene en seco toma mi mano y dice en un tono de voz que nunca le había escuchado.

-- Es solo por Prim.

Aprieto su mano antes de entrar a ver a Prim. No lo hago por agradecimiento, solo porque quiero que entienda todo lo que siento por él, debe de haber alguna manera de hacerlo sin que sean palabras.

-- Ya lo encontraste- dice Prim con una sonrisa aunque podía notar cansancio en su rostro.

-- Sí, me encontró- le dice Peeta acercándonos a la cama de mi hermana.

-- ¿Como te sientes patito?- le pregunto.

-- Bien. Solo algo, cansada ¿Estuvieron llorando?

-- De felicidad- se apresuro a decir Peeta.

Junto con Prim y Mi madre los cuatro platicamos de como me ha ido en la escuela, de las clases de arquería. Sin saber Prim termina preguntando por algo que no sabía que causaría dolor.

-- ¿Y Gale?

Al escuchar la pregunta inmediatamente intento ver la expresión de Peeta pero parase inalterable- Él está bien. Entro al ejército.

Todo por dineroWhere stories live. Discover now