Capítulo 41

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Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

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Capítulo 41

PoV Katniss

Tanto la mañana como parte tarde me habían parecido eternas y eso que Effie me había atrapado para llevarme con Cinna, para hacerme un tratamiento de belleza. Fue en el instante en que Cinna me ayudo a colocarme el hermoso vestido que había diseñado para mí, que coloco en mi cuello la bella perla que Peeta me había regalado.

Una día mientras esperaba a Cinna saque la perla para rosarla suavemente en mi boca imaginando que era un beso frio del chico que me la regalo, fue cuando me percate de su presencia que me puse un poco roja. Tímidamente le mostré la perla y le conté su historia, él me pidió que se la dejara, ya que tenía una ida de que hacer con ella para que yo la tuviera todo el tiempo conmigo. Cinna cumplió su promesa la convirtió en un hermoso collar que podría usar por siempre.

Desesperada por ver a Peeta en cuanto vi el auto llegar salí en su búsqueda. Fue antes de llegar a la puerta de su casa que me distraje con su jardín lleno de dientes de león y pensé que esa era nuestra conexión. Me hinque para verlos de cerca y pedir que las cosas salieran bien con Peeta que volviéramos a estar juntos.

Al salir Peeta inmediatamente se sorprendió al ver colgada en mi cuello la perla, tan hermosa y blanca. Noto en sus ojos un brillo que casi se igualaba al de mi collar. La idea de Cinna que fuera hoy la luciera por primera vez fue muy buena. En el camino al lugar del salón me fije en el chupetón cerca de su clavícula. Me pregunte como no lo había visto antes, aunque sé que fue porque mi mente estaba ocupada pensando en que iba a pasar ahora entre mi chico del pan y yo. Johanna se había burlado sobre eso antes de separarnos diciendo que había sido una salvaje. Me puse totalmente roja al contarme a que se refería. Era en este instante en que yo lo veía que no me parecía tan malo porque era una prueba del amor que sentía por él, aunque mi vergüenza me recriminaba por haberlo hecho tan arriba, ya que ni su camisa lograba taparlo.

Ayer en la noche él me había llenado de besos en mi rostro, sin embargo ninguno de ellos llego a mi boca, con todas las ansias y deseos que tenía por un solo beso. Peeta me lo negó hasta el final. Por eso al sentir que poco a poco él me acercaba buscando ese beso que ayer no me quiso dar sentí que todo a mí alrededor desaparecía para ser solo Peeta y yo. Maldije al auto por detenerse y maldije al chofer por interrumpirnos, por evitar ese beso tan anhelado.

Las cosas lamentablemente se van poniendo mal, al ver que Delly está invitada y para colmo sentada en nuestra misma mesa, que aparte como si no fuera suficiente con ella tenemos que compartir la mesa también con el Viejo. Todo esto me provoca un mal presentimiento que crece en el momento en que Peeta se marcha para ir hablar con su madre, sé que eso no puede traer nada bueno.

Snow y Vinny el hermano de Peeta platican sobre el negocio que se está haciendo. Vinny parece emocionado porque él se hará cargo de todo, mientras Delly y la esposa de Vinny platican animadamente sobre sus vestidos y lo bonitas que se ven. Sé que Delly evita mirarme aunque no puede evitar lanzarme una que otra mirada, que a mí no me altera en lo absoluto, ya que lo único que lo hace es la ausencia de Peeta. Lo busco por todas partes sin encontrarlo. Finalmente mi corazón brinca al verlo entrar al salón, le sonrió esperando que con eso se anime y olvide todo lo malo que seguramente su madre le ha de haber dicho.

Sé que algo malo paso al ver que evita mi mirada concentrándose en lo que le está sirviendo el mesero, y que en lugar de tomar mi mano decida utilizarla para tomar un pequeño pan de los que están en la mesa.

Todo por dineroWhere stories live. Discover now