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STEREK: Como conocí a Stiles

Y ahí estaba yo, sentado en mi pupitre con mi cuaderno de apuntes encima, un lápiz HB que estaba mordisqueado en el extremo donde antes había un borrador y ahora sólo queda el metal que lo cubría, no puedo evitar sonrojarme frente a mis pensamientos infantiles cuando el nuevo se presenta.

--Mi nombre es Stiles Stilinski, aunque Stiles no es mi nombre real pero es como me gusta que me llamen ya que mi otro nombre es muy difícil de pronunciar, tengo ocho años, mi padre es John Stilinski y es el nuevo sheriff de Beacon Hills, nos mudamos hace poco porque su cargo ameritaba este cambio de lugar…

El profesor lo interrumpio en medio discurso y le pidió que ya podía tomar asiento.

Era el niño más hermoso que había visto en mi vida, no es que me gustaran los niños ya que yo soy niño pero el nuevo era como estar viendo a un ángel, tenía una luz detrás de su espalda, como un aura que lo diferenciaba del resto, tenía algunos lunares salpicado en su cuello y cuando sonreía mientras caminaba hacia un asiento vacío, se le marcaban dos holluelos en su mejilla que lo hacia ver divino, sus ojos eran como la miel que tanto me gusta, recién sacada del panal con un brillo sin igual, su pelo estaba un poco desaliñado, su olor es mezclado a vainilla con un poco de café, y me doy cuenta que está frente a mi, en realidad está a mi lado pero como no he podido retirar la mirada de él me he girado.

--disculpa--su voz es dulce cuando está más cerca--pero sólo hay un puesto vacío y es el que está a tu lado, quería saber si está ocupado por algún amigo tuyo.

Lo miro y siento mi rostro arder, mis manos agarran el lápiz fuertemente, mis labios tiemblan y luego asiento con mi cabeza fervientemente. El se ríe y siento una corriente recorrer mi pequeño cuerpo.

--mi papi dice que las personas con discapacidad vocal se pueden comunicar mediante señas--empieza a hacer movimientos con las manos y a gesticular con la boca lo anteriormente dicho--¿me has entendido?

--si-- digo y el se asombra-- a excepción  lo que has hecho con las manos.

--bueno… pensé que no hablabas porque antes no me habías contestado, pero veo que hablas y muy bonito.

Me atragantó con mi propia saliva y sonrió.

--bueno, ustedes dos--escuchamos al profesor hablar fuertemente hacia nosotros--Stilinski deje a los estudiantes aprender y tomé asiento.

--si señor-- dice él poniendo su mano en la frente como si fuera militar-- mi papá me enseñó ese saludo.

Su susurró es algo risueño y me contagia.

Mientras la clase avanza no puedo evitar verlo de reojo, está masticando su lápiz mientras trata de escribir con la mano izquierda con otro lápiz, se nota que no lo puede hacer porque sale una letra muy fea, no está prestando atención a clases y yo tampoco por observarlo, mueve sus labios fruncidos de un lado a otro mientras sigue intentando escribir, su cuaderno es de puros garabatos.

--... Hale!--escuchó mi apellido siendo pronunciado con brusquedad, los demás niños ríen un poco y yo me avergüenzo--acaso no vas a contestar mi pregunta.

--lo siento--susurro y no se que decir, ni siquiera se que me ha preguntado.

Me siento muy nervioso, primero porque me he distraído viendo al niño nuevo, segundo porque me han hecho una pregunta y no se que contestar, tercero por la mala impresión que le daré al chico nuevo que siento su mirada en mi, cuarto por la reprimenda de mis padres cuando se enteren que me he pasado distraído en clases sin prestar atención al profesor, jadeo un poco.

--pensando bien la pregunta--responde Stiles y mi cuerpo se tensa, lo observó de reojo-- Supongamos que Daniel divide los chocolates en cuatro partes iguales, quedaría un total de 26 a cada uno, pero si pensamos mejor, vemos que Daniel es un niño de cinco años, y ¡por favor! ¿Que niño en su sano juicio a esa edad le gusta compartir?, si yo hubiera estado en el puesto de Daniel hubiera repartido los chocolates de manera desigual quedándome con la parte que mas chocolates tiene, por lo tanto ese problema matemático es ilógico.