Capítulo 12

11.6K 859 168
                                    

Max me vuelve a sonreír con arrogancia, pero veo un sí en su mirada. Me ha provocado y tendrá su merecido. Sé qué lo haré delirar. No me importa que no me crea. Ya lo he hecho y sé qué la primera vez salió bien, esto será mucho mejor. No soy esa niña inocente que todos creen, de hecho, de niña no tengo nada cuando al sexo se refiere, y hoy voy a demostrárselo.

—A la hora del almuerzo —susurro sobre su oído—. Espérame aquí a la hora del almuerzo y vas a comprobar que digo la verdad. No soy una niña, y voy a demostrárselo.

Me suelto de su agarre, él parece sorprendido por el peso de mis palabras, pero no me dice nada más. Camino en dirección a la salida y trato de no tambalearme. Ahora más que nunca tengo que sentirme segura, tengo que hacerlo como jamás lo he hecho. Necesito saber que lo haré para un diez.

Camino por el pasillo rápidamente y muevo un mechón de pelo detrás de mí oreja. Estoy roja, siento mi cara caliente y aún no me deshice de ese nudo en mi garganta. Soy una niña que se siente mujer y ahora estoy aterrada.

—¡Kya! —exclama la vos de Alex a mis espaldas. Suena contento y al mismo tiempo sorprendido de verme.

—¡Alex! —digo con una sonrisa nerviosa—. ¡Hola! —Lo abrazo con fuerza, mientras que él besa mi frente. Posa su mirada sobre mí e inspecciona mi atuendo. Pongo los ojos en blanco porque sé qué me dirá algo.

—¿Cómo papá te permitió ponerte esa blusa?

—Es de mamá —me excuso.

—¿No crees que estás enseñando la espalda y los hombros demasiado?

—Alex... —me quejo y suelto un bufido.

—¿Qué haces aquí?

—Vengo como asistente. —respondo—, de hecho, acabo de dejar unos papeles en contabilidad, en la oficina de Maxwell, y ahora debo de ayudarte en lo que necesites.

Él me muestra su mejor sonrisa de hermano orgulloso y me guía hasta su oficina. Me explica todo lo que debo de hacer con unos planos para un nuevo centro comercial en Oxford y demás. Todo se trata de números y números, bocetos y más números. Papá es el número uno cuando se trata de inversiones millonarias.

—¿Segura que podrás hacerlo? —pregunta antes de marcharse—. Estaré en una junta importante en el piso de abajo, pero si necesitas ayuda busca a Max o a Natalie, mi secretaria. Los dos saben mucho de eso.

—Está bien —respondo sentándome en frente de su escritorio para examinar esos planos. Estudio arquitectura y lo básico puedo saberlo. No es tan complicado. No debe de haber fallas.

Alex se marcha a su junta y yo me quedo sola en ese inmenso lugar con una impresionante vista de la ciudad detrás de mí. No quiero pensar en Max y en todo lo que sucederá porque sé qué debo de concentrarme en esto. Es complicado y no quiero que nada salga mal por culpa de ese idiota.

Paso más de dos horas revisando los planos en el sistema de la computadora. Me duelen los ojos de solo ver las pantallas y he encontrado varios errores que a mi parecer no fueron considerados. Cuando estudias arquitectura lo primero que te dicen es que tienes que imaginar cada mínimo detalle. Debes de conocer el terreno para poder moverte en el diseño electrónico. Las instalaciones eléctricas deben de ser acordes al generador de electricidad y la calefacción adecuada a la toma de gas. Esto será un centro comercial y los diseños de los depósitos de las tiendas están desproporcionados en el lugar al terreno. Anoto todo lo que puedo en un papel y corrijo en el borrador del diseño 3D. No es tan complicado a pesar de que es mucha tecnología.

 KYA - Deborah Hirt ©Where stories live. Discover now