Max. Extra

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Oírla decir eso me hace reaccionar de verdad. Ella está ahí, completamente para mí, podemos hacer lo que se nos dé la gana, y confieso que me muero por besarla, por tocarla, por sentirla sobre mi piel. Me voy a volver adicto a algo que todavía no he probado por completo, pero sé que es peligroso, ella va acabar conmigo.

Primero la beso, junto mis labios con los suyos y cuando apenas nos rozamos ya siento toda esa cosa en mi interior.

La veo cerrar sus ojos y empiezo a mover mi boca junto con la suya, lo hago rápido porque me siento desesperado por más y más, pero ella quiere hacerlo a su manera y logra embrujarme. Mis besos se calman y ahora todo es dulce, cursi, como esos tontos besos de películas que están haciendo que me gusten. Ella besa diferente, sus labios se sienten diferentes, mi estómago tiene algo diferente, nunca había sentido todo esto y es lo que más me aterra. Me gusta como sus manos acarician levemente mi cara, como ella mueve su pulgar sobre mi mentón, la forma en la que imagino cómo nos vemos los dos juntos haciendo esto, todo de esto me gusta.

—Te amo, Maxwell... —susurra con una sonrisa.

Abro mis ojos rápidamente y me separo de ella. La miro, la mío porque no puedo creer lo que acabo de oír, ella ya no me sonríe, ahora se ve aterrada, pero cuando lo noto, yo estoy sonriendo ampliamente.

—¿Qué demonios hiciste conmigo, Kya? —pregunto rápidamente, ella trata de reaccionar ante mis palabras, pero soy más rápido, la tomo de la cara de nuevo y la beso una vez más. Mi corazón late rápidamente, una de mis manos comienza a recorrer su cuerpo, mientras que ella me sigue. Quiero hacer de todo con ella, solo con ella.

Siento como Kya toca mi pecho, mi espalda, mis hombros y mi cabello con desesperación, estamos poseídos por algo que no tiene explicación. Nos haremos trizas porque los dos deseamos esto desde hace mucho tiempo. ¿Cómo pude tolerar tanto sin besarla? ¿Cómo pude ser tan imbécil?

—Tienes que enseñarme a darte lo que quieres, porque no sé nada de eso...

—Tampoco sé nada de eso, Max —me responde, cruzando sus brazos por mi cuello. Ambos nos detenemos solo para mirarnos y sonreír.

—No hiciste el amor con él —aseguro con una sonrisa.

—No hice el amor con nadie, fue solo sexo...

—Sé que no merecía tu primera vez.

—Ya no hablemos sobre eso...

—Bien.

Cargo a Kya hasta la cama, ella chilla por un momento, pero cuando la coloco sobre el colchón y la miro, todos sus chillidos y sonrisas se acaban. Sabemos que es el momento, sabemos que por fin va a suceder, a su manera, de esa forma en la que jamás creí que pasaría. Ella quiere más y puedo dárselo, lo sé.

—No sé decir cosas lindas —murmuro acercando mi labio a su mentón.

—Mejor cierra la boca y solo hazlo —me ordena.

Me detengo para mirarla, pero los dos nos sonreímos como idiotas. Su cabello sigue algo húmedo, pero se ve hermosa, verla desde este ángulo es... No Tengo ni una sola palabra en la cabeza justo ahora.

Miro su bata y lo primero que hago es desatar ese lazo, ella se pone algo tensa, lo noto por la forma en la que respira, pero yo también me quedo estúpido cuando abro la bata de baño y la veo así, completamente desnuda y toda para mí.

—Kya...

—¿Te gusta?

Tengo una erección de inmediato y quiero estar dentro de ella cuanto antes, pero sé que debe ser especial, al menos esta primera vez.

 KYA - Deborah Hirt ©Where stories live. Discover now