Extra. Gea

7.9K 837 41
                                    

Ya no hay ni un solo barullo en la casa, es más de media noche y acabo de darme un baño.

Admito que estoy preocupada, cansada y estresada con todo este asunto. Maxwell no es para ella, pero al mismo tiempo es lo que Kya quiere... Como madre trato de pensar en ella, pero también pienso en que no la quiero ver más así, y no sé qué hacer, no sabré que decirle a Adrien tampoco.

La puerta de la habitación se abre unos cuantos minutos después, dejo mi agenda electrónica a un lado y veo a Adrien acercarse a la cama. Se quita su saco y después desabotona su camisa blanca.

—¿Qué sucedió?

Él suelta un suspiro.

—Acaba de dormirse... No sé cómo, pero de alguna u otra forma dejo de llorar. Apenas logré que se cambiara de ropa.

Cierro los ojos por unos segundos y él se sienta frente a mí, en el borde de la cama.

—Oh, por Dios.

—Kya me dijo cosas que jamás pensé se escuchar en mi vida, Gea...

Al ver sus ojos noto lo preocupado y asustado que está. Es una preocupación incluso mil veces mayor que la mía. Puedo ver a lo lejos todos los pensamientos enredados que tiene en su cabeza y como trata de solucionarlo. Kya es su vida, eso todo el mundo lo sabe, pero tengo que convencerlo de dejar a Kya decidir qué sucederá con esto.

Maxwell no es idiota, al menos eso espero, si de verdad la quiere, regresará, no le importará mi advertencia.

—Ven, voy a prepararte en baño —le digo con una media sonrisa—. Relájate... así podremos hablar mejor sobre esto.

Preparo el baño de Adrien y cuando me doy vuelta, él ya está casi desnudo. Muerdo mi labio inferior al verlo, pero sé que este no es el momento. Sólo le sonrío levemente, me acerco, acaricio su pecho y su cara y después beso sus labios.

—Te amo —me dice en un susurro.

—Te amo —me respondo.

Él me abraza con fuerza y vuelve a suspirar. El viejo Adrien me haría un escándalo por todo el asunto de Kya, pero también creo que la sinceridad de mi niña lo hizo recapacitar. No pude oír mucho de esa pelea, pero la conozco, y sé que dijo todo lo que debía. De otra forma, Adrien no estaría así, tan sereno.

—Te esperaré en la cama —susurro, y después beso sus labios una vez más.

Cuando Adrien sale del baño, estoy casi dormida. Él me rodea con sus brazos y yo descanso mi cabeza sobre su pecho.

—No puedo ver a mi princesa así, Gea —me dice, mirando un punto fijo en la pared.

—¿Qué te dijo exactamente?

Adrien demora unos segundos en reaccionar.

—¿Tú sabías todo?

—Lo del baile, sí —respondo levemente—. Lo descubrí de inmediato. Son mis hijos y los conozco como a nadie... La vi bailar una vez... No vi nada malo en ello, Adrien...

—Lo sé, es sólo que...

—¿No viste la sonrisa que tenía, como brillaban sus ojos? Jamás había visto a Kya así de feliz.

—La Kya que me dijo todo lo que sentía no estaba para nada feliz, cielo.

—Sabíamos que algún día iba a pasar...

—No puedo verla así.

—Lo mejor que podemos hacer ahora es estar con ella y apoyarla en todo.

Adrien cambia su cara de un segundo al otro, me mira fijo y se ve más serio que antes.

—Tú sabes quién es, ¿verdad? Ella te lo dijo, ¿cierto?

Ahora soy yo la que suelta un suspiro y se aleja unos centímetros.

—Ella no me dijo su nombre, pero lo descubrí de inmediato, Adrien.

—¿Quien fue?

Niego levemente con la cabeza.

—No es momento de que vayas a golpearlo. Kya nos necesita con ella, con todo eso del baile... Tenemos que hacer que se olvide de ese tipo.

Adrien se ve aún más desesperado e impaciente.

—¿Lo conozco? —asiento rápidamente —, ¿Quién es, es Blake, fue Blake?

—No, Adrien —respondo con una risita.

—Kya se enamoró de un hombre que... Sabíamos que algo así pasaría, pero creo que lo mejor que podemos hacer es ignorar ese asunto y estar con ella.

Adrien suspira una vez más y pasa una de sus manos por su pelo.

—¿Pero... lo conozco?

Pongo los ojos en blanco y me aparto de él. No quiero hablar sobre esto.

—Estoy muy cansada, apenas podré dormir por todo esto, y... Sólo olvídalo, cariño. Ese tipo no vale la pena.

Beso sus labios levemente, me volteo hacia el otro lado y apago la luz de mi mesita de noche.

Adrien se acomoda detrás de mí, rodea mi cintura con su brazo y después besa mi hombro.

—Cielo... —me llama con ternura. Pongo los ojos en blanco de nuevo, me volteo, y él vuelve acomodarme entre sus brazos.

—Trata de descansar.

—Nunca lo noté... Soy un mal padre, ¿Cómo no pude verlo? Conozco esa cara.

—Eres un gran padre, Adrien —aseguro acariciando su pecho—, y ella te ama como jamás amará a nadie. Ese amor inmenso que te tiene la obligó a ocultarte la verdad.

—Ella...

—Deja de pensar tanto. Ella ya te dijo todo lo que sentía.

—Todo esto me hace pensar que Kya...

Él se detiene de nuevo y logra irritarme.

—¿Y si me equivoqué con ella todo este tiempo?

—¿A qué te refieres?

—Lo que vi hoy, Gea... Kya debería estar en una de las mejores academias de baile, y no aquí...

o-han2E2

 KYA - Deborah Hirt ©Where stories live. Discover now