Capítulo 44

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Bajo hasta el piso seis más de tres veces en el día para ayudar a Alex con algunas cosas. Todo esto es muy extraño, llevo una semana trabajando en la empresa con papá, sólo porque aún no comencé la Universidad, y todo aquí sin Max me resulta tan tedioso...
-Tienes que sacar copias de todo eso, princesa -me dice Alex al otro lado de su escritorio-. Natalie te ayudará con lo que sea.
-Está bien, pero... ¿Tu te sientes bien? Estuviste extraño toda la mañana.
Alex piensa en lo que le digo, tiene la mirada perdida pero no me dice nada más. Me doy la vuelta, salgo del despacho y cuando me acerco al escritorio de Nat ella me recibe con una linda sonrisa.
-¿Más copias?
-De hecho, sí. Sé que me vas a odiar, pero aún no entiendo esa máquina.
Ella se ríe, me hace un vago gesto con la mano y se pone de pie.

Cuando estamos en el pequeño cuarto de copias con esa máquina, hay un silencio algo agradable, pero las dos estamos impacientes por desaparecer.
-¿Puedo hacerte una pregunta? -interviene ella mientras que toca unos botones.
-Sí, ¿qué sucede?
-Bueno... Eres Kya Eggers, y... Sólo quiero saber si es verdad que fuiste tú la que le dijo a Mike que me invitara a almorzar.
Me río levemente y la miro.
-¿Él te lo dijo?
-Sí -responde con una amplia sonrisa que me pone histérica-. Mike es muy sincero, no da vueltas.
-Sé perfectamente como es Mike, Natalie -respondo de manera cortante y la expresión de Nat se transforma.
Que tonta soy.
-Oh, es decir... perdón, Yo sólo...
-No te preocupes, sé lo que sucedió con él.
Frunzo el ceño y escucho como las copias siguen saliendo.
-Mike te dijo que salimos -afirmo cruzada de brazos. No por qué, pero me siento celosa.
-Él me lo dijo, pero todos en la oficina lo sabían, los rumores corren.
-¿Y a qué quieres llegar con esta charla?
-Mike y yo salimos algunas veces y él me gusta...
-Sí, todo el mundo lo sabe -respondo de mala manera de nuevo y ella otra vez deja de sonreír. Estoy comportándome como una perra.
-Solo quiero saber si tú sigues interesada en él. Es decir... ahora trabajas aquí y...
-No me interesa Mike, Nat. Somos amigos.

Las copias están listas y yo estoy molesta, ya no quiero hablar con ella. Tomo la pila de papeles y las acomodo un poco, después me despido con una falsa sonrisa y salgo de ahí.
Nat y Mike. Genial, Kya. Genial.

A medio día por fin recibo un mensaje de Max. Hace que tenga una inmensa sonrisa en mis labios y que deje todo a un lado.

*Te espero afuera*

Releo su mensaje unas mil veces y después la sonrisa de mi rostro se borra al leer nuestras conversaciones anteriores.
Esto no es nada dulce ni lindo, de hecho, me hace sentir patética.

Kya: *Buenos días!!!! ¿Podemos vernos hoy? Te extraño demasiado. Besos besos*
Max: *No podré hoy, tengo mucho que hacer. Te hablo en la noche*
Kya: *Buenas nocheeeessss! ¿Dia complicado? Te extraño :(*
Max: *Hola, sí. Bastante complicado. Te llamaré mañana.*
Kya: *Que tengas lindo diaaaa. Estoy en la empresa, papá está matándome con tanto trabajo. Besos besos.*
Kya: *Hola, ¿Todo está bien? Llevas dos días sin ver tu teléfono. Te extraño.*
Kya: *Buen día!!! ¿qué te pasa? ¿Podemos hablar sobre esto?*
Max: *Estoy muy ocupado por ahora. Prometo llamarte*
Kya: *¿Podemos almorzar mañana? Sabes que estoy en la empresa, y te extraño, Max. *
Max: *Sí. Descansa. *
Kya: *Buen diaaaaaaa!!! ¿si vendrás hoy, cierto? *
Kya: *Te extrañoooo :(*
Max: *Te dije que si iré, Kya.*

No quiero seguir leyendo todo esto. ¿Cómo pude ser tan tonta? No, en realidad no fui tonta, siempre supe que esto no estaba funcionando, pero aún sigo con esperanzas.

—¿Princesa?

Papá me llama, acaba de salir de su despacho, tiene su maletín en mano y se acomoda un poco la corbata.

 KYA - Deborah Hirt ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora