Capítulo 4

12.2K 802 124
                                    

Capítulo 4

A lo lejos veo el autobús y corro para alcanzarlo, hasta que llego y subo a toda prisa, con los latidos del corazón a mil, sin poder respirar con precisión, lo que quiere decir que me hace falta hacer ejercicios. A duras penas saludo al conductor, sentándome tras de él. Por el trayendo hacia mí casa, me voy pensando en lo bien que me hizo hablar con el doctor Brunetti, algo que debí haber hecho el primer día en que Cinnia me lo recomendó.
Es bueno hablar con alguien que no te conoce, y no ser juzgada es una sensación de alivio que reconforta, aunque, ahora que lo pienso, todo el relajo desaparecerá, porque recuerdo que vivo con ese hombre que me hace la vida imposible. No quiero ni imaginar la cara de Bruno, o lo que me dirá cuándo llegue, solo agradezco haber dejado la cena preparada, un problema menos en mi vida. Intento no pensar en Bruno, y a la mente se me viene esa mirada verde, y sonrío en el ridículo que pude haber cometido por mi despiste, aunque fue bueno para mí tropezar con ese hombre, no todos los días se recrea la vista de tal forma, y lo bueno, es que no solo en las películas se ven hombres guapos, en los hospitales también. Bruno era guapo años atrás, pero se ha puesto feo, fofo, y hasta ha perdido un poco de cabello. Suspiro mirando por la ventana, dándome cuenta de que no conozco el recorrido. Me levanto de prisa, con el corazón en la mano, y le pregunto al conductor donde estamos, tamaña es mi sorpresa al saber que me he pasado, y no me he dado cuenta de que he recorrido diez minutos de más. Me bajo velozmente del autobús, y corro en busca de un taxi, con la extraña sensación de una inminente crisis de pánico, y la falta de aire al ver todos los autos con pasajeros. Comienzo por caminar en sentido contrario, me siento perdida, y lo peor, es que veo a toda la gente que camina por las calles como delincuentes queriendo atacarme.
Tal vez Bruno tiene razón, yo no debería pensar, que ni para eso sirvo, soy torpe y estúpida. Me pongo en una esquina, luego desisto, no vayan a pensar que soy una trabajadora sexual en busca de clientes, por lo que camino un poco más y estiro mi mano haciendo parar otro taxi que se aproxima, agradecida de que estuviera desocupado para mí.

Al llegar a casa, no alcanzo a introducir la llave en el cerrojo de la puerta, y Bruno aparece frente a mí, cogiéndome del brazo para que entre con rapidez.

─ ¿¡Dónde mierda estabas!? ─grita sin importar lo que puedan llegar a pesar los vecinos, haciéndome estremecer.

─Yo... Yo estaba en el médico ─respondo, omitiendo que me he perdido─. El bus cambio de recorrido por un accidente en la vía ─miento.

─Estoy muerto de hambre. ¡Sírveme! ─ordena sin dejar de gritar.

«Menudo estúpido, si yo tengo hambre como, pero no, tiene que llegar la empleada a servir»

─Si... ─logro decir.

Ruedo los ojos sin que se dé cuenta, obvio, y camino hacia la cocina. Saco el plato, que ya estaba servido, del refrigerador, y lo caliento.

Tomo la comida y se la esparzo por la cabeza, río de alegría. Él se tapa el rostro con las manos y se pone a llorar como la nena que es, me importa un carajo y me voy a mi habitación por mi merecido baño de espuma.

«Debería hacer eso»

─ ¿¡Puedes apresurarte!? No tengo toda la noche ─sacudo la cabeza para no volver a imaginar cosas que jamás sucederán. Retiro el plato ya listo del microondas y lo llevo hacia la mesa, donde Bruno espera por mí.

Con lo acontecido este día se me quita automáticamente el apetito, además, me siento incomoda cenando con una persona que me trata a los gritos. Dejo a Bruno cenando, y me voy al baño para darme una ducha, el puro susto que he pasado en el autobús me ha hecho sudar como cerdo.

«¿Los cerdos sudan?»

Media hora bajo el agua. Los dedos arrugados y recordar que la cuenta la pago yo me hace salir de mi único relajo en esta casa. Me pongo el pijama, me lavo los dientes, tomo aire y salgo hacia la habitación. Bruno está tendido sobre la cama con mirada seductora, lo que me hace sudar nuevamente...

MIRAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora