Capítulo 3

26.3K 1.5K 618
                                    

Respiraciones agitadas, corazones acelerados, el rugir de la puerta abriéndose lentamente. Eran todos los sonidos que podía identificar.

Observé a Lizzeth por última vez antes de adentrarme al cuarto. Penumbra, todo estaba en completa oscuridad, traté de buscar un interruptor pero no había nada cerca de las paredes. Mi celular, recordé mi celular, traté de buscarlo entre mis bolsillos pero recordé que la enfermera me lo retiró cuando me coloqué esa bata azul, todo ya estaba siendo planeado.

—¿Hola? —Pregunté con la esperanza de que alguien me contestara, pero no fue así, ahora todo estaba en silencio.

Escuché el sonido de un clic y después de eso la luz iluminó mis ojos, los cerré de inmediato, era una luz intensa y me cegaba el estar en la oscuridad por un buen momento. Cuando pude visualizar bien, encontré a un pequeño niño, de 8 ó 9 años pegado a una pared frente a mí, mientras todavía seguía presionando el interruptor con el cual encendió la luz.

El niño me miraba con miedo, estaba inmóvil, su cabello era muy corto como si recientemente se lo acabaran de cortar.

—¿Señor? —Preguntó Lizzeth buscándome mientras aparecía por la puerta, la vi fijamente al llamarme así, no le había dicho mi nombre.

—Me llamo Naúm —dije viéndola y ella asintió, giré a ver de nuevo al pequeño y él miraba fijamente a Lizzeth—, ¿y tú cómo te llamas? —Le pregunté al niño.

Él me miró y no hizo ninguna expresión. Sus ojos eran profundos, se podía ver el sufrimiento en ellos, algo tenía este pequeño.

—Matías —respondió, su voz sonaba algo temerosa, no tenía confianza al hablar conmigo—, ¿volveré a ver a mi mamá? —Me preguntó mientras ya comenzaba a acercarse.

—Claro que sí pequeño —le dije animándolo, el niño mordió su labio inferior, sabía que tenía ganas de llorar pero no quería hacerlo frente a nosotros, esperaba con todo el corazón que todos pronto saliéramos de aquí.

—¿Y si antes muero de cáncer? —Preguntó, su voz ya sonaba entrecortada. Vi a Lizzeth y ella me vio a mí, me partió el corazón el escuchar decir eso, este niño estaba enfermo, tenía cáncer, no es que le acabaran de cortar el pelo, quizá por las quimioterapias estaba así.

—Oh pequeño, ven acá —dije y el niño se acercó, inocentemente se me lanzó encima y me dio un fuerte abrazo, sus lágrimas comenzaron a salir acompañado de gritos de llanto. Le regresé el abrazo y lo apreté con fuerza. Pensé en Neus, mi hija podría ser este niño y no quería ni imaginar lo que haría si algo como esto le pasara.

—Quiero ver a mi mamá de nuevo señor, prométame que usted me llevará de nuevo con ella, por favor.

Observé a Lizzeth, sus lágrimas también estaban cayendo y las mías no tardaban mucho, me alejé un poco del pequeño Matías y observé su rostro con detenimiento, estaba colorado, su nariz era pequeña y sus ojos color café que se empañaban de lágrimas al llorar.

—Veo que le inspiró confianza —anunció una chica pelirroja saliendo detrás de un escritorio, eso me dio tiempo de observar el lugar. Era un cuarto de consulta, así como en el que me atendieron cuando caí aquí. Éste sí era de color blanco, como todos los demás, sólo había un escritorio y cuadros adornando todo y un casillero en el que pensé, había algunos artículos médicos ahí, lo demás ya era vacío.

La chica pelirroja se paró por completo, su brazo izquierdo estaba cubierto con yeso, al parecer estaba roto y estaba en reparación, y a su lado iba saliendo una señora de tez morena oscura, delgada con cabello negro y corto. Los 3 ya se habían despojado de las batas azules, las cuales se hallaban encima del escritorio.

HospitalWhere stories live. Discover now