Capítulo 12

13.7K 1K 492
                                    

—Vamos Lizzeth —le dijo Victoria una vez que Lizzeth ya había recuperado la conciencia. Recargada a la pared, sin muchas fuerzas para poder levantarse. Se veía afligida y demacrada. Victoria giró a verme con preocupación—, necesitamos un poco de agua Naúm, Lizzeth parece estar deshidratada.

—No, no —soltó Lizzeth al instante, parpadeo repetidas veces y trató de incorporarse, pero no lo logró—, no estoy deshidratada, lo sé porque no me siento así. Antes me deshidrataba al correr, por lo tanto sé lo que se siente.

—Entonces... —Victoria permaneció en silencio, su rostro se tornó nostálgico y trató de sonreír—... Son los síntomas del embarazo.

Lizzeth alzó su cabeza con los ojos abiertos como platos, sin duda le sorprendía saberlo.

—Ay no —se quejó—, no quiero que los síntomas estén presentes. Quiero salir cuanto antes de aquí.

Victoria se acercó a Lizzeth y tomó su mano con suavidad, comenzó a acariciarla y le sonrió levemente.

—¿Estás segura Lizzeth? —Le preguntó—. Mira, escúchame. Ya no te seguiré molestando con tu decisión, pero debes de pensarlo muy bien antes de hacer lo que piensas. Cuando estés adulta te arrepentirás de haberle hecho daño a un ser inocente. ¿Por qué mejor no te esperas a que nazca? Así podrás decidir mejor, si lo quieres o, si deseas darlo en adopción.

Lizzeth agachó su cabeza de nuevo, pareció asimilar la situación. Llevó sus manos a su estomago y volvió la mirada a nosotros.

—Mis padres...

—No pienses en tus padres Lizzeth, piensa en ti —interrumpió Victoria—. Ya eres mayor de edad y tus padres deben aceptar lo que has hecho.

—Es que no lo sé Victoria —explotó Lizzeth algo desesperada, movía sus manos como si explicase algo con ellas aunque sólo lo hacía por nerviosismo—, sé perfectamente el regaño que me darán mis padres cuando se enteren, me gritarán, me echarán de la casa. Y a mi novio, no sé que pueda hacerle mi papá. Mis padres son completamente salvajes, todo el tiempo gritan, pelean. Y así como ellos fueron conmigo pienso que yo seré así con mis hijos. Y no quiero, no todavía.

Me puse a su altura, estaba de cuclillas frente a ambas y tomé su mano para inspirarle confianza.

—Lizzeth —le llamé, centró su mirada en mí—, No sabes lo que se siente enterarse que nunca más volverás a tener hijos. Mi esposa ya no podrá hacerlo. En el caso de Victoria es muy difícil y esperemos que pronto pueda concebir uno. Tú aún eres una jovencita, 19 años no es casi nada. No trates de arruinar tu vida haciendo las cosas por miedo. Debes dejar que el tiempo pase y las cosas se irán dando como tengan que hacerlo.

—Es cierto Lizzeth —habló Victoria y tomó la otra mano de ella—, por favor, no abortes a tu hijo. Deja que el tiempo pase como dice Naúm y acepta lo que la vida te tenga preparado.

Lizzeth se soltó suavemente, comenzó a ponerse de pie pensando en lo que le dijimos. Permaneció quieta y sus lágrimas caían lentamente una tras otra. Las de Victoria también. Matías la observaba atento, como si esperara a que volviese a desmayarse para esta vez sí poder sostenerla.

—Puede que así sea —habló por fin. Caminó unos cuantos pasos al frente y giró a vernos de nuevo—, el niño que llevo dentro no tiene la culpa. Pero yo no quiero criarlo todavía. No estoy preparada y quiero seguir disfrutando un poco más como joven. —Dio un suspiro de nostalgia y prosiguió—. Afrontaré a mis padres. Mi novio me exige que lo aborte. Hablaré con él, le diré que lo tendré pero que... —Lizzeth permaneció callada y agachó su cabeza de nuevo, le costaba hablar de su situación. Permaneció un momento así antes de levantarla de nuevo y tratar de sonreír—. Lo daré en adopción.

HospitalWhere stories live. Discover now