Capítulo 15

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—¿Por qué un médico guardaría las llaves de su casillero debajo de una planta? —Preguntó Doroteo a la vez que terminaba de cerrar los 3 cajoncillos, los había colocado en su lugar. Cuando terminó de hacerlo giró a vernos—. ¿No era más fácil guardarlas en su escritorio o incluso en su pantalón?

—Quizá consideraba importante este dibujo y la nota —respondí—, en su pantalón se le pudieron haber perdido y en su escritorio cualquiera que las encontrara podría abrirlo.

—Pues nosotros las encontramos y no hallamos nada interesante —habló Ricardo—. Son cosas que cualquier médico guarda en su consultorio.

—El dibujo y la nota pueden ser importantes para él —dije—, aunque no entiendo el por qué de guardarlas en este lugar.

—Ya nunca lo sabremos Naúm —expresó Ricardo con cierto enfado, mantenía la mandíbula apretada al hablar—, como tampoco sabremos cómo salir de este lugar. Nunca lo vamos a saber.

—¿Naúm? —Escuché la voz de Cristy tras de mí, giré a verla, sostenía a Lizzeth con su brazo sano, pedía mi ayuda para incorporar a Lizzeth al grupo, con un brazo era cansado por lo que de inmediato caminé a ella y sujeté a Lizzeth. Estaba débil, llorando, debía sentirse incómoda el tener el pantalón manchado de sangre—. Ofrecí colocarle una de las batas para que se sintiera más tranquila pero no aceptó, no quería estar sin ropa bajo la bata.

Asentí y dirigí mi mirada a Lizzeth, sus ojos estaban hinchados y las lágrimas aún caían, iba a tardar mucho el recuperarse de estos traumas, nunca olvidaremos a Victoria.

—¿Cómo te sientes? —Le pregunté, Lizzeth asintió débilmente dándome a entender que estaba bien pero casi sin fuerzas.

—Voy por Matías —dijo Cristy y dio media vuelta para después perderse en el pasillo, seguramente lo había dejado acostado en el escritorio.

—¿Ahora qué vamos a hacer Naúm? —Me preguntó Johana posicionándose a mi lado, sentía los ojos verdes de ella penetrando en mi mirada, como si quisiera encontrar algo en mí. Miró a Lizzeth y después regresó la mirada a mí—. Te verías muy bien como padre de Lizzeth —dijo tratando de alegrar la conversación. ¿Tan viejo me veía? Si fuera padre de Lizzeth hubiese tenido 16 años cuando ella nació, por lo tanto me sentí algo mal, no quería aparentar más edad.

—Naúm debe ser un buen padre —habló Lizzeth dándole la razón a Johana, ella sonrió—, me siento protegida cuando está a mi lado, con Victoria también lo sentía. Además cuida de Matías como si fuera su hijo.

—No hablemos de esto ahora por favor —dije rompiendo la conversación, había más cosas importantes sobre que hablar que mi paternidad.

Cristy apareció con Matías y al instante Doroteo se acercó a ayudarla, vio que casi no podía con un brazo y Cristy cedió al instante, Matías pasó a los brazos de Doroteo, él también era una buena persona, quería conocerlo más, y a su hermano, tenía que ayudarlos para que recuperaran esa relación que habían perdido, y tenía que hacerlo pronto. Si salieramos de aquí probablemente Doroteo se distanciaria de nuevo de Donato y no quería eso, tenía que unirlos de nuevo o por lo menos intentarlo.

Ricardo se mantenía en silencio recargado a la pared, tenía la uña de su pulgar en la boca y miraba a la nada pensando en algo. Doroteo estaba recargado en el casillero, analizaba el dibujo una y otra vez a pesar de que éste no contenía ninguna pista. Se sintió observado y desvió su mirada a mí.

—¿Y si Patricio es el padre de esta pequeña y su abuelo es el padre de Patricio? —Preguntó al sentir que tenía que decir algo cuando se sintió observado.

—No lo creo —solté—, Patricio murió aquí y nosotros lo vimos. ¿Crees que su padre lo encerraría?

Doroteo frunció los labios y colocó el dibujo encima del casillero, obviamente había deshecho su teoría al instante. Patricio no debía tener ninguna relación con el doctor Patricio ni su nieta.

HospitalWhere stories live. Discover now