Capítulo 38: Recobrando amistad

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Llevo cuatro horas revolviendo cajones, sacando ropa de armarios, mirando en todo tipo de estuches, debajo de la cama, ¡incluso miré en el baño! Pero nada. Mi búsqueda del cuchillo no estaba siendo concluyente. Sé que me hice a la idea de que no necesitaría ninguno después de la charla con el lagarto, de que yo misma sería mi arma, pero a quién estoy engañando a penas abro un tarro de aceitunas voy a luchar con mis propias manos. Caigo de rodillas, abatida ya que esto se está convirtiendo en tarea imposible. Mi madre está acabando de preparar los últimos detalles del viaje a California del que sé que su único fin es sacarnos de Seattle hasta que la pesadilla de la luna llena haya pasado y al que obviamente, yo no iría. Sé que no lo hace con mala intención, que me quiere, quiere que esté bien y que lo hace por nosotras. También sé que el motivo por el que hace esto no es Harry, no solo él, sino que Alexander, Nathan, los arphoniste de la discoteca y a saber cuantos más estaban dispuestos a lo que fuese por hacerse conmigo. No me ven como una persona, me ven como la perditam, la solución, el único modo de despertar de su constante pesadilla, me ven como a un Dios y a la hora de la salvación de uno mismo o de un ser querido somos capaces de to-do, tanto ellos por su parte como mi madre por la suya.

"No sabes dónde te estás metiendo, deberías coger tus cosas y huir ahora que tienes la oportunidad"

Las palabras de mi guardián se abren paso en mi mente y por un instante, por pequeño que sea, pienso en la idea de tomar su palabra. De coger gustosamente ese billete de avión e ir-me lejos, de desaparecer de Seattle por unos días, de dejar atrás todo esto, mis problemas, mis responsabilidades, mi vida. Pero no, no puedo. Prometí a Harry librarle de la maldición de la que no tenía ni idea como pero lo intentaría. Quiero enseñarle que no todo es negro, que existe el blanco y su luminosidad, que fuera del mundo en el que se encuentra hay otro con colores. Quiero darle el gusto de poder ir a Inglaterra a visitar a su madre que, por cómo me habló de ella, sé perfectamente que la añora. Quiero que sea capaz de ir sin miedo y dar-le el abrazo que tanto ansía. Quiero que tenga una vida normal, una vida normal junto a la mía.

Tras unos minutos de silencio tras mi declaración me levanto inmediatamente del suelo y salgo apurada de la habitación para dirigirme escaleras abajo, ¿dónde se guardan los cuchillos? En lo cocina Hope, en la cocina. Tras un par de cajones abiertos doy con él por lo que empiezo mi baile de la victoria. Uno de mis problemas solucionado, ahora solo queda que sea Kelly la que vaya al viaje con mi madre y no yo. Sabía que Kelly corría peligro, ya no era por ser mi amiga sino porque Nathan había conseguido engañarla, hacerle creer que su en-negrecido corazón latía por ella. Había conseguido hacerle creer que era un chico más que tenía como intención quererla y protegerla, cosa que era totalmente distinta a la realidad. Si Nathan se había hecho con ella era para asegurarse un año más de vida medio humana, ella sería el motivo por el cual él no desaparecería entre cenizas, quería una alma pura e inocente de la que alimentarse esta luna llena y Kelly, Kelly era perfecta. No voy a permitir que mi amiga acabe perdida, que la oscuridad se inserte en ella, ennegreciendo sus ojos, su interior, su corazón. La imagen de la visión que tuve de víctimas anteriores de arphoniste ronda por mi mente cada noche antes de irme a dormir, haciendo que me conciencie del riesgo que estoy por vivir, de lo cerca que estoy de perderlo todo. También pensaba en Harry, en como su vida cambió cuando engañado por Elle tomó su lugar y pasó a ser un arphoniste. Temía eso con todo mi ser, ser víctima del cegador amor ya que lo que le pasó a él podría pasarme a mí perfectamente aunque teniendo en cuenta que soy la perditam en mi caso podría ser diferente a no ser que... a no ser que Harry también lo fuese en su momento, en ese caso todo cambiaría.

Por otro lado, estoy tranquila de que Dakota vaya al viaje ya que quiero alejar a todos los que me importan lo máximo de mí, si tiene que pasar algo que caiga sobre mí y que no sal-pique a los demás ya que no hay peor batalla vencida que la de perder a un ser amado. No me haría a la idea, no me lo perdonaría y mucho menos sabiendo que es por mi culpa. Me paro a pensar el odio que sentía hacia Dakota los primeros días en casa y me arrepiento, ella no tuvo culpa de nada per aún así descargué i ira sobre ella. Pensé que se todo recaía sobre ella de algún modo u otro recaería en mi pasado, repercutiendo, haciendo algún cambio, lo que pasaba por alto es que ella tampoco eligió esta vida, no tenía nada que ver con esta situación, fue el destino en el que tanto creo el que me traicionó.

Se nota que estoy a nada de perderlo todo. Mis nervios a flor de pie, mi estrés en aumento y mi miedo, miedo es una palabra pequeña para lo que siento. Ahora me arrepiento de haber dejado los entrenamientos, no me fío del hecho de no necesitar preparación, de que todo sale en su momento. Puños calcinadores, visión nocturna, lector de mentes, está bien, sí, ¿pero qué pasa si en su momento eso me falla? ¿Si todo lo que tiene que surgir no funciona? Y lo más importante, ¿y si yo no soy mi verdadero y único amuleto? Son tantas preguntas sin respuesta... Pero yo, fiel a mi ideología sigo pensando que todo pasa por una razón y si yo soy la elegida es por algo, no una simple casualidad. Nací con la palabra perditam en la frente toca asumir, aceptar y actuar. Triple A.

Cojo mi teléfono móvil para distraerme ya que como más pienso más desconfío de mí y eso, es lo último que necesito. Decido llamar a Kelly para acabar de zanjar un paréntesis de mi plan. Tras marcar el número espero impacientemente a que conteste.

- Hope amiga ¡si sigues viva! - en otra etapa de mi vida me hubiese tomado eso con todo el humor del mundo, ¿ahora? No.

- Lo siento, he estado muy liada planeando algo para las dos.

- Te escucho - contesta entusiasmada.

- He pensado en que podríamos irnos un par de días a California, sería dentro de dos y no puedes rechazar la oferta ya que los billetes están comprados - digo con voz de comercial, como si estuviese intentando vender un producto.

- ¡Oh dios mío! - grita desde el otro lado de a línea. - Tendré que cancelar la cena pendiente con Nathan, pero no hay problema.

Cuando escucho su nombre mis instintos se ponen alerta, se que no es tonto y que lo tiene todo planeado, si Kelly le cancelase el plan él no dudaría en buscar otro modo de que ella permaneciese a su lado esa noche y tenía miedo de imaginar cuál. No podía dejar que él se saliese con la suya.

- No. No le digas nada, le llamaré yo para avisarle y de paso nos conocemos. Tú concéntrate en hacer tu equipaje.

- No puedo hacer eso Hope, quieras o no le tendré que contar yo.

Suspiro llena de frustración, se me olvidaba lo cabezota que es mi amiga y lo difícil que es convencerla, por lo que una vez más, decido mentir.

- Verás, quería hablar con él personalmente para que él viniese con nosotras para hacerte una sorpresa ya que no podríais veros en la cena, así lo acordé con él. Si hablas con él chafas el plan y adiós sorpresa. ¿Porqué crees que el viaje es el mismo día de la cena sino?

Me sorprendo por la naturalidad con la que hablé sin antes haber planeado lo que iba a decirle. Kelly permaneció callada para después soltar un grito de emoción. Seguido de eso, la conversación giró en torno Nathan, en lo atento y detallista que era, en lo mucho que la que-ría por viajar a hacerle una sorpresa, por su guapura, por esto y por lo otro. En resumen, no hizo más que hablarme de él mientras yo fingía alegría, no podía decirle que lo único que deseaba en ese mismo instante era que cerrase la boca y dejase de hablar de aquel imbécil al que iba a calcinar con mis puños. Tampoco podía decirle que su novio era un gigantesco y horrible bicho peludo que quería succionar su alma y que, el chico que me gusta también. Tampoco podía decirle que tengo visiones y que mi padre apareció con apariencia de bicho peludo gigantesco después de todos estos años con la intención de que le ayudase a librarse de su maldición porque claro, ahora soy una curandera de monstruos alias perditam. No podía decirle nada, lo único que podía era rezar porque mi plan funcionase según lo previsto y que ella estuviese a salvo. Eso, eso era lo único.

A pesar de haber soportado una larga lista de cursilerías ya estaba tranquila, me había quitado un peso de encima y al fin sentía que tal vez las cosas no fuesen a salir tan mal.

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Espero haberles pillado por sorpresa ya que era mi intención. Voy a probar a regresar ya que en nada acabaré mis estudios y dispondré de más tiempo.

Entiendo que ahora será un poco deconcentrante seguir leyendo tras todo el tiempo inactiva y que muchas decidirán abandonar esta lectura. Siento que debo acabar de escribir esta novela por lo que eso es lo que haré.

PD: Me releeré toda la obra para poder seguir el hilo XD

Por cierto, si quieren seguirme mi Instagram es @inkmyblack

Espero poder leerles de nuevo en los comentarios xx


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