Remordimiento

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Osomatsu caminó de vuelta a su cuarto y en seguida comenzó a desvestirse, pensaba ponerse su pijama y acostarse un rato para intentar dormir... esto hasta que miró sus manos, las cuales a su parecer, estaban llenas de sangre. Osomatsu dio un grito ahogado al momento de verla, dio un paso hacia atrás muy alterado y procedió a mirar a los lados de forma histérica... al ver que nadie estaba ahí, redirigió su atención a la sangre y vio como ésta había desaparecido.

"Yo... y-yo..." Osomatsu murmuró nerviosamente al observar sus manos temblorosas. Tras mirarlas con detención por unos momentos, sostuvo una de sus manos usando la otra y las llevó a su pecho lentamente. "Creo que... debería tomar un baño..."

El pelinegro fijó la mirada al suelo por unos segundos antes de ponerse su playera nuevamente y caminar a la salida, Osomatsu se detuvo antes de dejar la habitación por completo y volteó a ver su futon algo inseguro.

"Yo... Me deshice de la ropa, ¿cierto?" el mayor murmuró de forma inaudible, quería ir al baño directamente pero al pensar aquello... ya no podía simplemente irse.

Osomatsu caminó hacia su futon y con cuidado revisó debajo de éste, al ver que no había nada, suspiró aliviado; ya entonces lo dejó ser y caminó de vuelta a la salida.

"Vaya... pero era obvio que ya no está... no podía estar ahí todavía, haha, estaba seguro de que me había encargado de aquello" Osomatsu río nerviosamente al ahora dirigirse al baño... sin embargo, al alejarse del cuarto unos cuantos metros, un pensamiento lo detuvo nuevamente. '¿Estás seguro de lo que viste?' 'Tu ropa sigue ahí, miraste muy rápido' "Yo... No mire tan rápido... ¿O sí? ¿Es posible que de verdad no me haya fijado...?" 'Sí, es verdad, en primera, creo que ni siquiera mire, debería regresar'

Osomatsu estaba por regresar al cuarto, no obstante, sacudió su cabeza varias veces tratando de controlarse. No iba a regresar al cuarto, era un hecho que las cosas ya no estaban. El pelinegro caminó tratando de no pensar, una vez llegando al baño, cerró la puerta y se recargó contra ésta.

"¿Pero qué me está pasando...? Yo me deshice de esas cosas hace ya una semana... pero... ¿Por qué sigo creyendo que están debajo de mi futon? No tiene sentido, pero... no importa cuántas veces cheque y me asegure de que mi ropa de ese día no esté... siempre viene a mi mente la duda, la pregunta de si estarán ahí hoy o de si alguien las verá..." dijo Osomatsu en voz baja. El pelinegro apretó sus ojos al recordar la imagen que le venía a la mente de sus cosas, sentía mucha culpa y miedo al pensar en su ropa ensangrentada de ese día... ¿Qué tal si alguien la veía? ¿Qué tal si no había revisado bien?

Osomatsu caminó hacia la tina, estaba dispuesto a tratar de al menos disfrutar del agua contra su piel... no quería seguir pensando en aquello, sólo servía para atormentarlo y no le dejaba disfrutar de nada de lo que hacía. El pelinegro se quedó mirando con interés la forma en la que la tina se llenaba de agua caliente por unos minutos antes de desvestirse, le gustaba distraerse con cosas tan simples como esa pues su cabeza últimamente no lo dejaba en paz, poder despejar su mente de esa forma era ya un lujo esos últimos días.

Al ver como el líquido llegaba justo al nivel que deseaba, Osomatsu cerró la llave y procedió a sumergirse con cuidado. El pelinegro pudo sentir de forma placentera como su temperatura corporal aumentaba al estar dentro de la tina, le gustaba sentir el agua contra su piel, el que ésta estuviera tan caliente hacía que su mente se pudiera distraer... sin embargo, al mover sus manos para reacomodarse, recordó con desagrado lo que había visto antes.

Osomatsu alzó ambas manos y las miró con detenimiento, lo que era una mirada de leve curiosidad se tornó de forma gradual en una llena de frustración y molestia... ¿Por qué esa desagradable sensación no se iba?

Relatos de un Futuro InciertoWhere stories live. Discover now