DIARIO DE UN PECADOR

Capítulo 19

Subimos las escaleras que nos dirigen al pasillo donde se encuentra mi habitación, no sé porque pero estoy segura de que no es buena idea que él esté aquí, y lo peor de todo es que se lo hice demasiado fácil, fui débil pero será el único acto de debilidad del día o mejor dicho de lo que queda...

El tiempo se hace eterno y abro la puerta de mi cuarto muy lentamente recordando todo el desorden que deje la noche anterior, bueno no es mi culpa, no estaba en mis planes de que alguien venga a mi habitación el día de hoy.

—Pasa— le digo para que pueda entrar antes que yo.

—Gracias— dice e inmediatamente entra y se acomoda en mi cama ¿Qué acaso nadie nunca le enseño modales? ¡Rayos!

—Bien saca el cuaderno de la primera tarea que quieras realizar.

—Mejor te saco la ropa— maldito idiota, espero que este yo mal de los oídos y que no haya dicho eso— de seguro eso será mucho más divertido— es un engreído... típico de un adolecente con exceso de ego y poco cerebro.

—No creo que sea necesario recordarte que si me sigues molestando terminaras en el suelo mientras te aplico una llave con la que de seguro no podrás respirar.

—Si vez, necesitas relajarte, un poco de sexo te vendría bien.

—Si necesitaría sexo tenlo por seguro que no sería contigo.

—Deberías probar a alguien que te haga buen sexo, alguien como yo.

— ¿Quieres que te ayude con la estúpida tarea o qué?

—Si quiero que me ayudes, pero eso no significa que no nos podamos divertir en el transcurso.

—Ummmm mira yo no tengo tanta paciencia así que mejor cállate.

— ¿Si me callo tendremos sexo?

—No, si no te callas tendrás un ojo morado.

—Ay nena, soy más grande que tú y más fuerte, para que me dejes un ojo morado solo podría ser teniendo sexo salvaje jajajajaja

—Qué pena me das ¿Aún vives en los años de antaño en los que creían que las mujeres somos el sexo débil? Ja! Que idiota sos.

—Nunca dije que eran el sexo débil...hablando de sexo ¿No quieres tenerlo justo ahora?

—Adiós—me levanto y hago como si fuera abrir la puerta, lo poco de materia gris que le queda debe hacerlo reaccionar.

—Está bien dejare de molestarte, ven ayúdame— me dice con su estúpida sonrisa.

—Bueno, pero deja de molestar o te sacare y no volverás a entrar aquí.

—Ay que amargada, está bien ni que fueras la última coca cola del desierto.

—No soy la última Coca cola del desierto...pero estoy cerca jajajaja

—Se te cayo algo—me dice señalando hacia mis pies.

— ¿Qué? — pregunto inocentemente.

—La modestia jajajaja— idiota...ash.

—Entonces a ti también se te cayó algo...la dignidad jajajajjjaja

—Yo no caí así que...que pena.

—Bueno bueno, comencemos a hacer la tarea, quien pondrá música tú o yo.

—Yo la pondré, no confió en tus gustos—me dice e inmediatamente saca su celular, lo observo como se toma el tiempo para elegir la primera canción.