CAPITULO 37

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—April...APRIL—escucho a lo lejos la voz de mi madre llamándome, reacciono al sentir como todo mi cuerpo es sacudido por sus manos con desespero.

—¿Qué? ¿Qué pasa?— es lo único que puedo balbucear.

—Oh April— dice mi madre entre sollozos.

Aún no comprendo nada de lo que sucede, no comprendo porque mi madre llora, ni siquiera comprendo porque mi cuerpo se siente tan pesado como si tuviera toneladas encima de algo que no me permite moverme.

—¿Mamá?—Digo suavemente, y ella simplemente me aprieta contra su pecho.

—April, April me has dado un gran susto.

—¿Por qué?— pregunto mientras recobro algo de fuerza para incorporarme.

—Entre a tu cuarto y te vi tendida aquí, oh April, pensé que habías hecho una locura, por un momento sentí que también te estaba perdiendo a ti.

Mientras trataba de recordar el porque estaba en el suelo de mi habitación y no en mi cama, mi madre seguía hablando, pero era imposible para mi concentrarme en todo lo que decía.

Así que lo único que pude hacer es idear algo para que me dejara unos segundos sola y poder recordar que era lo que había ocurrido.

—Ma, puedes traerme por favor un vaso de agua

— Claro mi vida, claro que sí , ya te lo traigo— decía mientras me ayudaba a levantarme y a colocarme en mi cama.

Ella salio de mi habitación y yo me propuse recordar los hechos, me dolía muchísimo la cabeza, es màs, sentía como si me la hubiera roto o algo así, mire a mi alrededor, ,mi cama estaba desordenada, yo estaba con mi bluson el cual usaba como pijama.

Todo estaba en su lugar, menos yo, mire el reloj y eran cerca de las 8 de la mañana, he dormido demasiado, o he caído en coma, no lo se, la cuestión es que ayer, oh bueno lo ultimo que recordaba del día anterior era que llore demasiado y me vine a recostar.

Oh por Dios, todo este drama, en mis labios se poso una pequeña sonrisa estúpida, ya se lo que ocurrió.

Claro como estaba tan cansada de llorar me recosté a la orilla de mi cama, de ahí no recuerdo mas hasta el día de hoy, así que puedo asumir que lo que ocurrió, y todo este drama, fue simplemente por caerme de la cama, con razón siento mi cabeza estallar, tal vez me golpee muy fuerte al caerme de la cama.

Mi madre entra con desespero trayéndome el vaso de agua en ambas manos, las cuales aún le tiemblan por el haberme encontrado de esa manera.

Me extiende el vaso de agua mientras se sienta a mi lado y coloca su brazo sobre mis hombros, atrayéndome hasta su pecho para acurrucarme en el.

—Gracias ma— le digo mientras me tomo el agua.

Ella simplemente me aprieta con mas firmeza hacia su cuerpo, y siento como un suspiro de alivio recorre su cuerpo.

No se que día es hoy, es uno de los tantos días que no llevo la cuenta, que quisiera olvidar, o desaparecer, toda esta situación esta absorbiendo mi vida, mi padre cada vez peor, mi madre cada vez mas nerviosa, y yo hundiéndome en esta realidad que absorbe todo mi ser.

Es tan agotador, el mundo puede darte consejos, puede decirte que no seas débil, te pueden recomendar mil y un maneras para sobrellevar las cosas, pero nadie en realidad se toma el tiempo para pensar que esto es mas que un acontecimiento.

Me siento triste pero aún así trato de consolar a mi madre, ya que ella aunque no lo demuestre, es mas frágil que yo.

—Mami, me voy a bañar y bajo a desayunar— le digo para que vea que estoy bien.

—Claro mi amor, entonces voy a hacerte el desayuno— mi madre sale de mi habitación cerrando suavemente la puerta.

Yo me incorporo, bajo el bluson, puedo ver mis piernas, mucho mas delgadas que hace unos meses, mi cuerpo mas delgado, mas débil, me quito todo y me dirijo hacia el baño tomando la toalla que encuentro botada en algún rincón de mi habitación.

Me miro al espejo, mi reflejo se ha vuelto un poco mas tétrico.

Mi rostro más pálido, mis ojos sin luz, mis costillas se asoman bajo mi piel, mi cabello tiene un aspecto seco, como si fuera paja, en fin, es lo que menos me importa ahora, me dirijo hasta la ducha y la abro, dejo que caiga el agua hasta que se ponga tibia.

Me adentro para sentir caer el agua en mi cuerpo, para sentir aunque sea por un momento esa paz que tanto anhelo.

Pasa el tiempo y escucho a mi madre golpear la puerta de mi baño.

—¿April estás bien?— dice con tono preocupado.

—Si ma, ya estoy por salir.

—Okay nena, te espero abajo para desayunar juntas.

Salgo de la ducha, me seco el cabello frente al espejo, mirando fijamente mis ojos, queriendo darme ánimos para poder seguir, para poder aguantar un día más.

DIARIO DE UN PECADORWhere stories live. Discover now